En ese año Ochoa González procedió a despedir de manera injustificada a casi todo el personal administrativo, de intendencia, de apoyo y algunas áreas de esa organización partidista bajo el argumento de que el PRI atravesaba por una severa crisis económica. No le importó que varios de esos trabajadores le hayan dedicado los mejores años de su vida al partido, mucho menos tuvo empatía con ellos, ni la tiene, pues pese a que el órgano encargado de resolver legalmente los conflictos laborales mediante un laudo, obliga a la dirigencia estatal del PRI a pagarles salarios, prestaciones, bonos y aguinaldo que se les adeudaban desde un año antes de su despido, Arnoldo Ochoa se niega a pagarles.
Es de destacarse que el laudo favorable a los extrabajadores fue emitido en Noviembre del 2021 y ahí se condena a la parte patronal, representada por Arnoldo Ochoa González, al pago de las prestaciones legales que correspondan a los trabajadores. Pese a ello, el acaudalado dirigente partidista, ha hecho caso omiso a este mandato legal. Los demandantes señalan que Ochoa González solo le gusta lucirse políticamente pues ahí anda ocupado asegurando su diputación local prurinominal, y muy solícito apoyando la lucha feminista, pero incumple con la ley y con las extrabajadoras que le ganaron la demanda laboral.