Para incorporar la actividad física como un hábito de vida, dijo la investigadora de la Universidad de Colima, Dra. Ciria Margarita Salazar, no es necesario que todos y todas se inscriban al gimnasio, sino incorporar ciertas estrategias en el día a día, como caminar un poco más hacia el lugar de trabajo o la escuela, ir a bailar o subir un cerro.
Los gimnasios, agregó, “se inventaron porque las personas comenzamos a tener estilos de vida más sedentarios, ya no trabajábamos en el campo ni teníamos que salir a cazar nuestra comida o subir cerros”.
Además, dijo, es necesario tener conciencia plena de lo que estamos comiendo, ya que en México existe una cultura de la comida que lleva al exceso: “Celebramos a través de la comida todo el tiempo, en una graduación, posada o año nuevo tenemos estos rituales donde nos excedemos con la comida; sin embargo, no hacemos un gasto energético que corresponda a esa cantidad de alimento”.
Ciria Salazar dictó la conferencia de cierre del ciclo “Charlas en el museo. El futuro que nos espera”, que organizó el Centro Universitario de Gestión Ambiental (Ceugea) de la UdeC, en el Museo Regional de Historia. Llamó a su charla: “Tips para engancharte a un estilo saludable”. Ciria es profesora-investigadora de la Facultad de Ciencias de la Educación de esta casa de estudios.
Ante un público conformado en su mayoría por estudiantes, la universitaria habló en un lenguaje ameno y directo sobre la importancia y los beneficios asociados a la actividad física, que influye positivamente en el metabolismo, en el desarrollo de la estructura ósea y en la capacidad de movimiento: “Es común ver en nuestro entorno que algunos familiares, a cierta edad, empiezan a desarrollar problemas de salud por no cumplir requerimientos mínimos de actividad física”.
En este sentido, resaltó que el futuro que nos espera “es aquel que construyamos tomando desde este momento las decisiones correctas que nos permitan un estilo de vida saludable y con calidad de vida. Compartió que ella planeó su futuro 30 años atrás, “cuando comencé a elegir cuidadosamente las decisiones que me permiten vivir actualmente con un estado de bienestar y ser vital en todos los aspectos de mi vida”.
Fue deportista de alto rendimiento, dijo, y siempre se mantuvo alejada del cigarro y del alcohol: “En cada etapa de mi vida fui tomando las decisiones necesarias para estar cada vez mejor, y ahí es donde comencé a escribir mi futuro”. Por estas decisiones, agregó, a los 45 años pudo subir sin problemas el Pico de Orizaba, la montaña más alta de México.
Otro elemento fundamental para un futuro más saludable, comentó, además de cuidar el aspecto físico, es encontrar un equilibrio en la parte emocional y social. Como ejemplo, dijo que en una ruptura amorosa, “si la decepción es grande, nos lleva a sentirnos mal físicamente, no tenemos energía para hacer otras cosas e incluso no queremos relacionarnos con más personas durante ese estado emocional”.
Por eso, aseveró, cuando los aspectos físico, emocional y social se encuentran en equilibrio, “nos encontramos en un estado de bienestar y éste, sostenido a lo largo del tiempo, permite acceder a una mejor calidad de vida. Pero esto no se construye solo, sino a través de los hábitos que realizamos todos los días, hábitos que nos permiten estar en vitalidad y nos llevan a ser creativos, a innovar, construir ideas y ser colaborativos y voluntarios con nuestro entorno”.
Por último, recomendó la lectura del libro: “Hábitos atómicos”, de James Clear, “que propone estrategias espectaculares para construir y consolidar los hábitos positivos en nuestra vida”.