A cargo de las facilitadoras Patricia Sánchez Sandoval, Ana Herrera Ramos y Sonia Solano Castillo.
Hace unos días, el Centro Universitario para la Igualdad y los Estudios de Género (CUpIEG) de la Universidad de Colima impartió el curso-taller “Elementos para la redacción y el uso del lenguaje incluyente no sexista”, en la Unidad de Formación Docente, a personal universitario. El curso-taller se realizó con el objetivo de difundir las categorías gramaticales y los elementos básicos que integran el lenguaje incluyente y no sexista, que permitan la redacción de documentos desde la perspectiva de género.
El curso estuvo a cargo de las facilitadoras Patricia Sánchez Sandoval, Ana Herrera Ramos y Sonia Solano Castillo. La primera expuso el módulo “Introducción a la redacción”, a partir de preguntas reflexivas sobre la lengua. Después abordó la importancia de escribir bien aplicando las cualidades de la redacción como claridad, precisión y sencillez, entre otras.
El grupo asistente trabajó en la construcción de un párrafo a partir de una palabra clave, que es el comienzo de la conceptualización de las ideas, a partir de las cuales desarrollaron oraciones argumentativas para, finalmente, cerrar con una oración concluyente que recoge la idea de inicio.
Por su parte, Sonia Solano destacó que, desde el marco teórico e ideológico del feminismo, “el lenguaje es un elemento cambiante que refleja la forma de actuar de las sociedades y los valores imperantes. Éste puede y reforzar ciertos patrones de conducta y pensamiento que contribuyen a reproducir y perpetuar la división de los géneros, violencias y la discriminación”.
Destacó que existen diversas formas de lenguaje y expresiones sexistas en nuestro vocabulario, que refuerzan estereotipos y roles de género a través de expresiones que han trascendido en las generaciones, asociando a las personas con ciertos roles dependiendo del sexo biológico asignado.
Después, Gabriela Herrera dijo que el lenguaje incluyente y no sexista “permite nombrar y visibilizar a distintos sectores de la población, principalmente a las mujeres, que han padecido múltiples vejaciones, maltrato y sometimiento”; además, “el tener pautas para emplear un lenguaje incluyente y no sexista ayuda a evitar asimetrías, inequidades y jerarquías entre sexos”.
Por último, dijo que el utilizar un lenguaje incluyente y no sexista no elimina de inmediato las desigualdades, discriminación o exclusión, pero visibiliza y nombra a las mujeres y grupos de población que tradicional e históricamente han sido excluidos.