“Su objetivo es garantizar el derecho humano a la ciencia conforme a los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad, así como el goce de los beneficios del desarrollo de la ciencia y la innovación tecnológica”: CONHACYT.
Con la asistencia de docentes e investigadores de la Universidad de Colima, este fin de semana, en la Biblioteca de Ciencias del campus científico, se realizó la presentación de la nueva Ley General en Materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación por parte de funcionarios del Consejo Estatal de Humanidades, Ciencias y Tecnologías.
En un primer momento, la coordinadora general de Investigación de la UdeC, Xóchitl Trujillo-Trujillo dijo que para el rector Christian Torres Ortiz Zermeño, la investigación científica para la formación y el desarrollo es un tema fundamental en la institución; “en este sentido, la presentación de esta Ley es muy importante, porque contiene indicaciones tanto para la formación académica de los jóvenes que vendrán a estudiar una licenciatura, como para los posgrados y la formación de investigadores e investigadoras”.
Finalmente resaltó que este Foro Regional del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnología en la Universidad de Colima es el primero que se establece en la república mexicana después de la aprobación de la Ley, que sucedió el pasado 8 de mayo y que está publicado en el Diario Oficial de la Federación.
El titular de la Unidad de Articulación Regional y Sectorial del CONHACYT, José Alejandro Díaz Méndez señaló que la nueva Ley tiene la intención de “articular todas las capacidades nacionales que se han construido a lo largo de muchos años en materia de Ciencia Tecnología e Innovación, con el objetivo de incidir en la resolución de problemas nacionales y dar solvencia científica y tecnológica al Estado mexicano, para resolver los problemas nacionales con una base científica y tecnológica”.
Otro punto importante de la Ley, señaló, es el derecho a gozar de los beneficios del desarrollo científico y tecnológico mediante el acceso y la libertad del conocimiento a todas las personas, y es precisamente en los centros de investigación de las universidades, dijo, “donde existe una gran capacidad que puede dar solvencia científica y tecnológica a nuestro país; además, se busca fortalecer la soberanía nacional mediante la independencia científica y tecnológica y reivindicar el carácter humanista del quehacer científico y tecnológico”.
Agregó que se busca también fortalecer los espacios e instancias de participación y consulta a la comunidad, lo que ya está ocurriendo, por ejemplo, en las comisiones de evaluaciones del Sistema Nacional de Investigadores (S.N.I.), pues ahora, dijo, participan todos los miembros de dicho sistema en las comisiones de evaluación y preevaluación de las convocatorias; “en los centros de investigación ya se establecen asambleas de personal académico como parte del diagnóstico, la evaluación y el seguimiento de las políticas y de los planes de trabajo en cada uno de ellos”.
En otro momento, el funcionario comentó que esta Ley se presentó ante las cámaras como una iniciativa del ejecutivo federal y se presentó hasta ahora, aclaró, “porque durante los últimos cuatro años de esta administración se han realizado muchos cambios al documento original; esto ha sido porque se ha tenido que analizar todo lo que se ha producido en las encuestas, en los foros y en las mesas de trabajo que ha habido sobre la Ley y se ha llegado a un documento final que intenta tomar en cuenta la mayoría de las propuestas”.
El objetivo principal de la ley, añadió, “es garantizar el derecho humano a la ciencia conforme a los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad, así como el goce de los beneficios del desarrollo de la ciencia y la innovación tecnológica. Es la primera Ley General en México en convocar a entidades federativas y municipios también para sumar acciones en favor de las humanidades, la ciencia, la tecnología y la innovación como motores del desarrollo”.
Por último, señaló que a partir de esta Ley el presupuesto para el sector HCTI no podrá ser regresivo, sino progresivo únicamente, de tal manera que el monto anual que se destina a este rubro no podrá ser inferior al aprobado en el ejercicio inmediato anterior; “establece también un especial impulso a la ciencia básica y de frontera en coordinación con la SEP, para otorgar apoyos sustantivos a las universidades y centros públicos de investigación”.
En su intervención, el director Regional de Occidente del CONHACYT, Dante Ayala Ortiz señaló que la promulgación de esta nueva Ley “implica un cambio de paradigma hacia una ciencia humanista centrada en el bienestar de las personas y en la resolución de los principales problemas y necesidades de la población; lo que se buscan es ir transitando de lo que ha sido una política de un marcado individualismo y competitividad a una sustentada en la solidaridad y la cooperación sustantiva”.
Como parte del cambio de régimen, añadió, “se pretende pasar de las ventajas competitivas a las ventajas cooperativas también en el sector Humanidades, Ciencia, Tecnología e Innovación (HCTI); es una política que busca ser moderna y eficaz y propiciar una conciliación de saberes, tanto en los campos disciplinarios como en el origen del conocimiento, así como en la atención de los grandes problemas nacionales”.
Destacó que se pretende “impulsar una articulación virtuosa entre el gobierno, la academia, las empresas, la sociedad y el medio ambiente, sin olvidar las colectividades étnicas y rurales, por lo que se han propuesto seis objetivos prioritarios para el sector”, entre los cuales están “el fortalecimiento de la comunidad científica, articular ecosistemas de investigación, la implementación de programas nacionales estratégicos, seguir trabajando fuertemente en la ciencia de frontera y la articulación de capacidades de Ciencia, Tecnología e Innovación para el desarrollo regional y sectorial”.
El sexto punto y uno de los más importantes, añadió, “es que todo el conocimiento que se genere debe estar encaminado a proveer información para la toma de decisiones y la formulación de políticas públicas que tengan impacto social para el bienestar nacional; por ejemplo, se han impulsado cambios muy importantes que tienen que ver con los Programas Nacionales Estratégicos (Pronaces), en el sentido de orientar el trabajo de los grupos de investigación en resolver estos grandes problemas nacionales”.
Con este mismo enfoque, dijo, se han hecho cambios al Sistema Nacional de Posgrado y al reglamento del Sistema Nacional de Investigadores, “pues existe un cambio de paradigma en cuanto al acceso universal al conocimiento desde una perspectiva estática, a uno donde se pueda transversalizar la actividad científica y tecnológica del país para que la gente no solamente tenga acceso al conocimiento, sino además lo pueda hacer suyo y lo pueda utilizar para resolver los problemas comunes de la vida cotidiana”.