Comparten testimonios docentes con alguna Neurodiversidad

Coincidieron que, para impartir clases, han tenido que aprender a autorregularse, identificar sus niveles de estrés y ajustar su tarea pedagógica.

 

 

Los y las docentes con neurodiversidad Cecilia Ceballos, Cynthia Escárpita y Hugo Cervantes participaron en el conversatorio: “Retos del docente neurodiversos; la docencia desde la neurodiversidad”, en el cual compartieron su experiencia de vida. Esto fue parte de la II semana de la Neurodiversidad organizada por la Universidad de Colima y la UNIVA,

 

Víctor Hugo Cervantes, profesor de la Facultad de Medicina, explicó que en sus primeros años del proceso educativo no tuvo problemas para aprender, porque sólo se enfocaba en los estudios: “Tenía una necesidad grande de hacer muchas cosas, hasta la fecha”. Aunque de adulto lo diagnosticaron con Déficit de Atención con Hiperactividad, dijo, en su etapa de formación se encontraba más marcada la hiperactividad. De adulto se le intensificó el déficit de atención.

 

Contó que en la etapa de educación superior le costaba bastante poner atención; sin embargo, estudiaba por su cuenta y solo: “Yo no podía estudiar en grupo porque me distraía mucho, pero así terminé la carrera”. Además, contó que le gustaba explicar a los demás lo que sabía y que le gusta conocer de todo: “Tengo necesidad de llenar de información mi cerebro”.

 

Por su parte Cynthia Escárpita, docente de Psicología, dijo que también fue diagnosticada, en la edad adulta, con déficit de atención, y que en su etapa de formación académica, gracias al apoyo de su familia, no se le hizo complicado terminar sus estudios: “Lo que me motivo a ser docente fue mi impulsividad, y cuando egresé, todo me fue llevando a enseñar”, agregó.

 

En su intervención Cecilia Ceballos, docente de Trabajo Social con discapacidad visual, comentó que en la primaria contaba con algunos libros en Braille para estudiar, pero conforme avanzó de grado académico se le volvía cada vez más complicado, porque ya no los había, por lo cual necesitó de su familia o compañeros para que le leyeran documentos.

 

También contó que empezó a ser docente desde que estudiaba la carrera de Pedagogía, pues impartía clases en la Asociación de Ciegos Colimenses.

 

Por último, los tres coincidieron que, para impartir clases, han tenido que aprender a autorregularse, identificar sus niveles de estrés y ajustar su tarea pedagógica; también dijeron que han tenido dificultades en sus tareas diarias de docentes, pero han logrado obtener apoyos externos para orientarlos mejor y cumplir.