A unos días del 8 de marzo -Día Internacional de la Mujer-, hoy quiero dedicarle esta columna a mi 10 Creativa: mi mamá, y aunque sé que le he dedicado un par de textos antes, dicen que nada sana más el alma que redactar, escribir, y qué mejor que hacerlo destacando y reconociendo su trayectoria en el voleibol.
La huella que dejó mi madre es grande y para muestra un botón, ahí en la colonia Villas Alameda, en el municipio de Villa de Álvarez, Colima se desarrolla el torneo de voleibol, que lleva por nombre: Elena Meza, seguro estoy que ella no se está perdiendo ningún partido y los de su equipo, Leonardo B. Gutiérrez, menos. Hasta creo que de alguna forma se pone a jugar.
En agosto de 2021 la mujer que me trajo a la vida -me educó y me guío en ella- ganó la medalla de plata en el Festival Máster de Voleibol “Rubén Acosta” que se realizó en Aguascalientes; ahí justo este año (2023) se realizará de nuevo este torneo y espero estar ahí, ya que mientras estuvo en vida, siempre algo se interponía para poder acompañarla a ese evento nacional.
Siento tanta admiración hacia ella, mira que ganar un segundo lugar nacional, mientras luchaba contra el cáncer de mama, no cualquiera se atrevería y lo hizo. Jugando, dirigiendo, siendo madre y abuela -aunque ese término no le gustaba- logró esa hazaña. Seguro los organizadores y la Federación Mexicana de Voleibol no lo saben, pese a que han dado condolencias para varias jugadoras que disputaron este torneo y ya no están. En una de esas, entre todas, ya armaron un equipo para estar en la próxima justa en el estado hidrocálido.
Elena Meza era tan creativa, que aparte de ser madre, abuela -otra disculpa por mencionarlo de nuevo-, tía, amiga, ama de casa, psicóloga, deportista, capitana, líder y un largo etcétera más, se las arreglaba para ir a pedir apoyos para su equipo L.BG. para asistir a los nacionales, así fue a Monterrey, Acapulco, Guanajuato en un par de veces, Aguascalientes y otros más que se me escapan. Espero que ahora que vayan otras jugadoras a solicitar estos beneficios a diferentes funcionarios y dependencias, de los diferentes órdenes de gobierno, se los puedan otorgar. Seguro estoy que en parte es como un homenaje a mi mamá.
Quién diría que un año después y unos meses más, de aquel histórico segundo lugar, mi madre partiría de este mundo, eso sí antes de irse no desaprovechó la oportunidad de jugar su último Festival Máster en León y otro torneo aquí en Manzanillo, ella lo ganó todo porque intentó una y otra vez estar bien, hacer su vida como si nada estuviera pasando, cuando dentro de su cuerpo estaba pasando de todo.
Mientras estaba en el hospital, en cama en lo que eran sus últimos días, recuerdo que nos poníamos a ver dónde sería el próximo nacional y le decía: “mamá ahora sí voy a ir con usted, ahora sí voy a irla a ver jugar al nacional”, ya no se pudo, pero de alguna forma ver jugar a su equipo es verla a ella.
Aunque utilizaba el #2 en su dorsal, en realidad era esa #10 – número de las quimioterapias que recibió, aunque después vinieron las 25 radiaciones- que es diferente, creativa, inteligente y líder, cuando la cosa se complicaba seguro el balón tenía que pasar por sus manos.
Que no hacía mi mamá por jugar voleibol, al mismo tiempo que nos llevaba a los juegos siendo bebés, se aventaba uno, dos o tres sets. La vi jugando con un dedo de la mano o un tobillo esguinzado – seguro era esguince de tercer grado- y no mostró una sola queja… Así jugó nacionales, torneo del barrio, estatales, voleibol en la sala, en la playa a la orilla del río, en el patio de la casa o dentro de ella, cualquier lugar era bueno para practicar este deporte.
La historia de mi mamá impactó hasta a Bibiana Candelas, distinguida voleibolista lagunera que jugó los Juegos Olímpicos de 2008. Aun recuerdo que hablaron largo y tendido compartiendo diversas experiencias sobre su enfermedad; el cáncer. Desde aquí un agradecimiento por tomarse el tiempo y platicar con mi mamá (lastima que como dicen de las mejores cosas que pasan no hay evidencias y así pasó con esta llamada). Mientras la ex voleibolista de la selección nacional ha ganado cinco sets, mi mamá pudo con tres; la operación, las quimios, así como las radiaciones y el medicamento que lo controlaba.