*“No es posible formar profesionistas encerrados en una especialidad sin capacitarlos en las razones sociales de la democracia y los derechos fundamentales”.
“No es posible formar profesionales encerrados en una especialidad sin capacitarlos en las razones sociales de la democracia y los derechos fundamentales”, aseguró José Jorge Zepeda Varas, Dr. Honoris Causa por la Universidad de Colima, al dictar la conferencia virtual “El camino de la humanización y el amor por la vida pasa por la Universidad”, a docentes de la máxima casa de estudios colimense que participan en las Jornadas Académicas 2022.
Zepeda Varas comentó que Mariano Jabonero, secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), “llama a las universidades a profundizar en las reformas derivadas de la pandemia, en la transición digital y a avanzar hacia una formación de calidad flexible, abierta y pertinencia para los nuevos estudiantes; que apueste por la investigación y transferencia del conocimiento”.
A su juicio, “no es posible formar profesionistas encerrados en una especialidad sin capacitarlos en las razones sociales de la democracia y los derechos fundamentales”. La pandemia, dijo, provocó la deserción de entre un 10 y 25 por ciento de estudiantes, “por lo que la tarea de recuperarlos es una misión universitaria; es prioridad traer a la comunidad aquellos jóvenes que se asumen desechables”.
Comentó que “asumir la vida sin memoria ni proyecto nos priva de experiencias compartidas”. Sin inclusión, añadió, “no hay futuro posible, por lo que es imperioso ayudar universitariamente a transformar los espíritus, orientarlos a la lucha por la paz y desarrollar proyectos que alivien las penurias de las mayorías”.
Dijo que la universidades, desde sus orígenes, viven en una tensión existencial: “la de dedicarse a la formación profesional sin perder tiempo en los acontecimientos de la sociedad o la de sumar a la educación superior la tarea de orientar la casa del saber hacia las avenidas de doble vía que unen el conocimiento con la sociedad, como una institución que convoca al debate público, que canaliza inquietudes sociales más allá de ideologías y pleitesías políticas, además de promotora de conversatorios para compartir anhelos e ideales diferenciados, porque sin pluralidad no hay universidad”.
Señaló que “la humanización no debe ser un discurso grandilocuente ni mucho menos la toma televisiva llena de lágrimas; la humanización emerge de vivencias cotidianas, de ver o sentir la respuesta de los otros. Es menester convocar a todos, y tal anhelo sólo puede prosperar en la medida que se reconozca que hay una exclusión, ya que la justicia es para todos”.
Por eso, concluyó el investigador, “los universitarios no tienen otra alternativa que hacer lo que saben, educar y dejar las huellas digitales de su aporte, partidarios de la solución y con la obligación moral de intentarlo, por nosotros y por los que vienen”.