El presidente AMLO ha considerado en su narrativa al neoliberalismo como el causante de todos los males en México y construyó un discurso que permeó a todos sus seguidores, basado en mantener un combate permanente al neoliberalismo y a quienes lo representaron desde los diferentes gobiernos.
La sorpresa que dio AMLO el pasado 24 de mayo, desconcertó a sus opositores y confundió a sus seguidores al hablar bien del neoliberalismo.
“Yo considero que el principal problema de México es la corrupción. Antes no se hablaba de eso, me siento de los precursores en poner este tema en la mesa del debate. Porque ni en los discursos se hablaba de corrupción, si ustedes hacen un análisis de los discursos de 50 años a la fecha no van a encontrar la palabra corrupción. Cuando se habla del modelo neoliberal yo he llegado a sostener que, si el modelo neoliberal se aplicara sin corrupción, no sería del todo malo. Es que se puede tratar del modelo económico más perfecto, pero con el agravante de la corrupción no sirve nada”.
Ahora resulta que para AMLO, el neoliberalismo podría ser un programa económico perfecto, pero lo que le afecta es la corrupción; como AMLO siempre tiene otros datos, se equivoca al decir que él fue el primero en denunciar la corrupción y no es así, Miguel de la Madrid la denunció y enarboló la bandera de la renovación moral para combatirla.
Por otra parte, la corrupción ha estado presente en todos los tiempos, regiones del mundo, modelos económicos y sistemas políticos, lo mismo se dio en la Rusia zarista, que en los gobiernos comunistas de la URSS y hoy con Vladimir Putin.
Lo mismo ha sucedido en el sistema capitalista y en las democracias liberales, desde luego que se acentúa en gobiernos regidos por tiranos, donde el Estado y el gobierno manejan la economía.
La corrupción no está ligada al modelo económico, porque países muy neoliberales como Dinamarca, Finlandia, Nueva Zelanda, Singapur, Suecia, Países Bajos, Luxemburgo y Alemania, tienen los menores índices de corrupción en el mundo y sus sistemas de libre mercado no propician la corrupción.
En el caso de México, el presidente AMLO ingenuamente ha creído que la corrupción se puede acabar, con el ejemplo personal que él da a los mexicanos; sin embargo, el INEGI acaba de publicar que el 86.6 de la población considera que en este gobierno de la 4T hay presuntos actos de corrupción en el gobierno.
AMLO siempre denunció al modelo neoliberal y a los gobiernos mexicanos como corruptos, el gobierno de Ernesto Zedillo y el de Carlos Salinas han sido denunciados; sin embargo, el gobierno de Zedillo acreditó crecimientos económicos del PIB del 6% anual y con Carlos Salinas hubo un crecimiento sostenido del 4%, por eso el discurso de que la corrupción impide el crecimiento en el modelo neoliberal, resulta falso.
AMLO acusa que fue la corrupción lo que impidió el crecimiento y creyó que, con solo combatirla, la riqueza se iba generar y el crecimiento económico sería una realidad. AMLO se equivocó porque no es el cambio del modelo económico el que acaba la corrupción y dispara el crecimiento.
AMLO no ha logrado hasta hoy, combatir la corrupción, acabar con ella o crear una percepción social de que ha disminuido, sino todo lo contrario y el resultado está a la vista, porque a casi cuatro años de su gobierno, no se ha terminado la corrupción nacional y se augura el peor sexenio en cuanto a crecimiento económico.
La promesa de campaña de AMLO era crecer al 4% anual, el doble que durante el periodo neoliberal. Cuando se le preguntaba al candidato López Obrador cómo se lograría, respondía “es que ya no va a haber corrupción”.
La semana pasada, el Inegi dio a conocer las cifras del Producto Interno Bruto (PIB) del primer trimestre de este año. Durante estos tres meses, se observó un avance del 1% con respecto al último trimestre del 2021.
La realidad es que este sexenio ha sido muy malo en términos de crecimiento económico.
Desde que tomó posesión AMLO como presidente, la economía dejó de crecer. En 2018, el último año de Peña, la economía creció un 2.2%. En cambio, en 2019, el primer año de AMLO, el PIB bajó 0.2%, es decir, tuvo un decrecimiento del 0.2%.
Luego vino la pandemia, que produjo una caída de 8.2% en 2020, el peor descalabro desde la Gran Depresión de los años treinta. Después llegó el inevitable rebote, pero la recuperación resultó por debajo de lo esperado. En 2021, el PIB creció 4.8% en relación con el año 2020.
AMLO está convencido de que su gobierno es el que más ha combatido la corrupción y en el discurso podría tener razón, pero en los hechos y resultados no es así, porque la corrupción sigue y la economía no crece.
La economía de México, aún no recupera el nivel que tenía antes de la pandemia del covid-19.
El PIB real, en billones de pesos descontando la inflación, está al mismo nivel que tenía en el cuarto trimestre de 2016. Hoy, el tamaño de la economía mexicana es igual al de hace seis años.
En estos cuatro años de López Obrador, la población ha crecido. Por tanto, el tercer dato es el PIB per cápita, es decir, la división del pastel entre todos los pobladores del país. Ahí estamos al mismo nivel que en 2013: más de ocho años de retroceso.
En crecimiento de la economía, López Obrador ha resultado peor presidente que Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña.
Según el diagnóstico del entonces candidato López Obrador, la corrupción era el problema que estaba ralentizando a la economía. Si se extirpaba este tumor, se lograría el anhelado crecimiento de 4% anual. Esto nos lleva a una disyuntiva: o el diagnóstico de AMLO estaba equivocado o la corrupción sigue presente en México