La recién repatriada pistola histórica de Francisco Villa se integra a la exposición “La Grandeza de México”

En días pasados, durante la gira de trabajo por Cuba, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, recibió por parte de su homólogo en La Habana, Miguel Díaz-Canel, un revólver histórico que fue elaborado por instrucciones del líder revolucionario Francisco I. Madero y, a su vez, entregado al caudillo José Doroteo Arango, mejor conocido como Francisco Villa.

La pieza histórica se incorporó al acervo de la exposición temporal “La Grandeza de México”, en su sede del Museo Nacional de Antropología (MNA), del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

La colocación de la pistola antigua en la Sala Revolución de la muestra fue encabezada por la secretaria de Cultura del Gobierno de México, Alejandra Frausto Guerrero, y por el director general del INAH, Diego Prieto Hernández.

En este marco, la encargada de la política cultural de nuestro país resaltó que se trata de “un gesto extraordinario de colaboración, amistad y hermandad de Cuba hacia México, con el deseo de que otros países tomen el ejemplo”. Externó su deseo para que otras naciones tengan la misma voluntad de devolver piezas históricas extraídas del país.

El Gobierno de México, subrayó Frausto Guerrero, como nunca antes, tiene entre sus prioridades la protección y conservación de la diversidad, la memoria y el patrimonio cultural del país.

Además, reconoció a los especialistas del INAH, adscritos al MNA y a la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones, quienes hicieron posible dar cumplimiento a la instrucción del presidente Andrés Manuel López Obrador, relativa a que todo el pueblo de México y los visitantes extranjeros del emblemático museo conozcan este objeto patrimonial repatriado.

El revólver, de 38 milímetros fue fabricado en Éibar, España, hacia 1910 por la firma Irióndo y Guisasola. Sus materiales consisten en acero y oro, y está ataviado con figuras en color amarillo y detalles en azul, además de una “U” con doble corona real como inscripción.

Acompañan a la pieza dos cartuchos de bala percutidos y una caja elaborada en madera, nácar y plata, que suma una breve placa con la dedicatoria del entonces presidente Provisional de México, don Francisco I. Madero (1873–1913), obsequió en 1910 —año en que fue promulgado el Plan de San Luis— a Francisco Villa (1878–1923), “por su valor a la Patria”.

“Esta es una pieza histórica y artística pero también un objeto que guarda una diversidad de significados: primero, la relación entre el líder que se ocupa de iniciar la Revolución Mexicana, y el caudillo cuyo papel fue vital en el desarrollo de este episodio histórico”, declaró el antropólogo Diego Prieto Hernández.

De acuerdo con el titular del INAH, la segunda línea que subyace en la pieza es la añeja y leal amistad de los pueblos cubano y mexicano, ya que, dijo, en los días inmediatos al golpe de Estado por medio del cual Victoriano Huerta depuso a Francisco I. Madero, se sabe que el embajador cubano en nuestro país, Manuel Márquez Sterling, ofreció a Madero y al vicepresidente José María Pino Suárez asilo político en su nación.

La secretaria Frausto Guerrero y el director general del INAH señalaron su reconocimiento al historiador cubano Eusebio Leal Spengler (1942–2020), quien adquirió la pistola luego de que esta, según se especula, fuera llevada a la isla quizá por algún veterano revolucionario.

El hijo de Leal, Javier Spengler Estébanez, entregó la pieza en abril pasado a la Oficina del Historiador, en La Habana, solicitando la expresa voluntad de su padre: “que se restituyera al patrimonio cultural de la gran nación mexicana”.

Ambos funcionarios invitaron al público a conocer la exposición “La Grandeza de México”, muestra gratuita y dual que, tanto en el MNA como en la sede histórica de la Secretaría de Educación Pública, exhibe piezas emblemáticas de la historia, la identidad y la memoria de nuestro país, hasta el próximo 14 de agosto.