Alimentación correcta mejora producción y reduce impacto ambiental: Científico

*Sebastián Brambillasca, investigador uruguayo, dictó conferencia en el segundo Congreso de Producción Agrícola organizado por la FMVZ del campus Tecomán.

“La alimentación de precisión puede ser una herramienta interesante no sólo para mejorar la productividad, sino también para reducir el impacto ambiental en las producciones animales”, dijo Sebastián Brambillasca, del Departamento de Producción Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de la República, Uruguay, durante su participación en el segundo Congreso de Producción Avícola organizado por la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad de Colima, campus Tecomán.

En entrevista, Sebastián Brambillasca comentó que la idea de su ponencia fue brindar información que permita a las y los asistentes tomar decisiones y manejar información sobre requerimientos nutricionales y aportes de nutrientes.

Mencionó que una formulación alimenticia adecuada debe estar conformada por carbohidratos, proteínas, grasas, minerales y aditivos; “en la alimentación, los que van a llevar más carga en la dieta deben ser los cereales. Los almidones son la principal fuente de energía en la dieta para los monogástricos (animales con un estómago simple, de capacidad de almacenamiento media)”.

Sebastián Brambillasca dijo que, junto con una correcta alimentación, es importante tener buenos espacios para que los animales puedan acceder al agua, “los pollos toman dos litros de agua por cada kilo de alimento que consumen, por lo que si un pollo no toma agua, no va a comer y eso afectará todo el proceso”.

Por último, advirtió que hay producciones de animales que tienen fuertes impactos en la generación de emisiones de gases de efecto invernadero. En primer lugar, comentó, está la producción de rumiantes, mientras que la producción avícola tiene un efecto menor.

“En el caso de los broilers (variedad de pollo desarrollada específicamente para la producción de carne), éstos generan alrededor de 6 kilogramos de Dióxido de carbono (CO2) por kilo de producto. Si bien es un número menor, la producción avícola a nivel mundial es enorme y todo lo que podamos reducir servirá para tener mejores condiciones ambientales, por lo que una correcta alimentación puede lograr una menor emisión de contaminantes”.