La salud, la ratificación y el testamento.
La salud de los presidentes o de los primeros ministros en cualquier país del mundo es un tema de seguridad nacional, porque, por un lado, un presidente de cualquier país debe estar sano para tomar las decisiones inherentes a su encargo y además, si existe una enfermedad grave, que incapacitare a un presidente o que éste falleciere, la estabilidad política correría enorme riesgo.
En las democracias, este tema cuenta con las previsiones necesarias para resolver a quién se transfiere el mando temporalmente o quién lo asume de manera definitiva cuando surja un desenlace que termine en la ausencia total y definitiva de un presidente.
En México, el artículo 84 Constitucional prevé y define claramente quién sucede al presidente y así establece: “Artículo 84 en caso de falta absoluta del Presidente de la República, en tanto el Congreso nombra al presidente interino o substituto, lo que deberá ocurrir en un término no mayor a sesenta días, el Secretario de Gobernación asumirá provisionalmente la titularidad del Poder Ejecutivo.
Cuando la falta absoluta del Presidente ocurriese en los dos primeros años del período respectivo, si el Congreso de la Unión se encontrase en sesiones y concurriendo, cuando menos, las dos terceras partes del número total de los miembros de cada Cámara, se constituirá inmediatamente en Colegio Electoral y nombrará en escrutinio secreto y por mayoría absoluta de votos, un presidente interino, en los términos que disponga la Ley del Congreso.
Cuando la falta absoluta del Presidente ocurriese en los cuatro últimos años del período respectivo, si el Congreso de la Unión se encontrase en sesiones, designará al presidente substituto que deberá concluir el período, siguiendo, en lo conducente, el mismo procedimiento que en el caso del presidente interino.
Si el Congreso no estuviere reunido, la Comisión Permanente lo convocará inmediatamente a sesiones extraordinarias para que se constituya en Colegio Electoral y nombre un presidente substituto siguiendo, en lo conducente, el mismo procedimiento que en el caso del presidente interino”.
Nuestra Constitución es muy clara al respecto, si la ausencia del presidente es definitiva en los dos primeros años, el Congreso de la Unión nombra un presidente interino y dentro de los diez días siguientes el Congreso expedirá la convocatoria para elegir al presidente que deba concluir el periodo respectivo.
Si la ausencia es posterior al segundo año, el Congreso de la Unión nombra un presidente sustituto que terminará el periodo respectivo.
Suponer otra cosa al margen de lo establecido en el 84 Constitucional es un absurdo legal y hasta ridículo que algunos pretendan o piensen que el presidente de la república, en este caso AMLO, pueda, mediante testamento político, nombrar un sucesor o un albacea del poder.
En México, la salud no se encuentra en su mejor momento, el gobierno federal, además de desdeñar o minimizar la pandemia, la ha manejado pésimamente y hemos llegado, oficialmente, a cerca de medio millón de mexicanos fallecidos por el covid19. La salud en México la ha manejado el Dr. López Gatell a su antojo, a sus caprichos y de acuerdo con sus fobias y resentimientos.
El presidente AMLO, según las encuestas, no ha manejado bien la pandemia, no ha cuidado bien de la salud de los mexicanos y ha desmantelado instituciones que ofrecían cobertura de salud a cerca de 52 millones de mexicanos, como lo era el seguro popular y ha creado el INSABI, que al momento nadie confía en él y cuyo resultado se refleja en el super catastrófico número de fallecidos: Las pruebas del mal manejo están en los panteones.
Pero también se hace evidente que el presidente AMLO no atiende de manera correcta su salud, no se cuida, no usa cubrebocas, no atiende a recomendaciones científicas, no guarda los protocolos médicos que establece su propio gobierno, prueba de ello es que se ha contagiado dos veces por no usar cubrebocas y no cuidarse, sabiendo muy bien, porque èl mismo lo ha dicho varias veces, su historial médico no es el mejor.
Por haber sido internado el pasado viernes en el hospital militar, donde por fortuna salió bien y se encuentra con buena salud según los reportes médicos, nos da gusto de que así sea, el mismo AMLO dio a conocer su historial médico.
El historial médico
Andrés Manuel López Obrador tiene un historial de tratamientos médicos a los que ha sido sometido para distintos problemas de salud.
1.- En diciembre de 2013, en pleno movimiento de resistencia civil en contra de la reforma energética del entonces presidente Enrique Peña Nieto, López Obrador sufrió un infarto agudo al miocardio.
Fue sometido a un procedimiento médico en un hospital privado, por lo que no pudo participar en el cerco humano que Morena y el PT instalaron en el Senado para detener la aprobación de dicha reforma.
2.- En 2018, al entonces presidente electo López Obrador tiempo atrás “le tuvieron que quemar los nervios del cuello para esconder una grave dolencia en las cervicales, que son las vértebras que están en la base del cráneo y que envuelven para proteger la médula espinal”.
En enero de ese año, el entonces candidato presidencial de Morena, PT y PES le recomendó al presidente Peña Nieto, por aquello de “la presión”, serenarse o tomar el medicamento Amlodipino. Un año después, en una de sus conferencias mañaneras el presidente López Obrador dijo que padecía hipertensión, pero estaba bien de salud porque se cuida y hace ejercicio.
3.- El 24 de enero de 2021, en medio de la pandemia de Covid-19, tras una gira de trabajo de fin de semana por el interior del país, el presidente López Obrador se contagió de Covid-19; el mandatario se mantuvo dos semanas en aislamiento.
4.- En octubre del año pasado, el presidente López Obrador sufrió un desgarre en la pierna derecha al practicar beisbol.
5.- El 10 de enero pasado, AMLO informó que por segunda vez dio positivo al virus, pero en esta ocasión sólo estuvo aislado seis días y el lunes pasado retomó sus conferencias y actividades privadas.
6.- El pasado 21 de enero le fue practicado un cateterismo cardiaco en el hospital militar, es un procedimiento que consiste en la introducción de un catéter en la arteria del brazo o de la pierna del individuo, el cual será conducido hasta el corazón. El cateterismo cardíaco también es conocido como angiografía coronaria.
Se utiliza para examinar el interior de los vasos sanguíneos y el corazón, puede ser indicado en el diagnóstico y el tratamiento de infarto o de angina de pecho.
El procedimiento médico le fue practicado al presidente a las 16:30 horas del viernes 21 de enero, según informó el titular de Gobernación, AMLO ingresó al hospital militar a las 10:30 horas.
A las 16:15 horas, o sea, 15 minutos antes de que le practicaran el cateterismo cardiaco, el vocero de la presidencia de la república, Jesús Ramírez, informó que el mandatario se sometería “a una revisión médica de rutina programada”. Porque no informó si ya sabía que le practicarían un cateterismo que ya estaba programado ,como lo informó el propio presidente.
AMLO informó que luego de realizar una prueba de esfuerzo, sus cardiólogos determinaron realizar el cateterismo, pero que el procedimiento había sido pospuesto porque dio positivo a covid el pasado 10 de enero, lo que quiere decir que hacerle al presidente un cateterismo médico “no es una revisión médica de rutina programada”, como dijo el vocero presidencia, desmentido en este caso por el propio AMLO.
Lo bueno es que el presidente está bien de salud, estuvo internado 24 horas y en el video difundido se le vio bien y sonriente, ya no habló de las ventajas del vaporub y la miel. Declaró que los médicos le recomendaron hacer su vida normal y que puede ya ponerse a trabajar; sin duda, esa es la mejor noticia para los mexicanos, que está bien de salud y que se va a poner a trabajar.
Lo que la gente se pregunta es, cómo el presidente AMLO aspira a ser ratificado en el cargo y a la vez nos anuncia “que tiene un testamento en caso de fallecer en el ejercicio de su cargo”.
El presidente no va a fallecer en el cargo, en su encargo han fallecido por covid más de medio millón de mexicanos y por lo tanto, su testamento político pasará al catalogo de distractores y al anecdotario de las ocurrencias.
Larga vida al presidente AMLO.