*Juan Pablo Arroyo, subsecretario de Educación Media Superior de la SEP, anunció que los docentes deberán capacitarse en el pensamiento transversal e interdisciplinar para la implementación del nuevo marco curricular común.
En el marco de la LVI Sesión Ordinaria del Consejo de Universidades Públicas e Instituciones Afines (CUPIA), realizada hace unos días pasados en la Universidad de San Luis Potosí, y en la que participó la Universidad de Colima, el subsecretario de Educación Media Superior de la SEP, Juan Pablo Arroyo Ortiz habló del proyecto de actualización del Marco Curricular Común para la Educación Media Superior.
Juan Pablo Arroyo informó que desde hace tres años han venido trabajando en el rediseño del Marco Curricular Común de este nivel a través de líneas de política pública que incluyan la educación de calidad, revisión de contenidos, la preparación para el aprendizaje, la dignificación y revalorización del docente, la gobernanza del sistema educativo y la infraestructura.
Dijo que en la revisión de dicho Marco Curricular Común han contado con el apoyo de instituciones como la Universidad Autónoma de Querétaro, el Centro “Mario Molina” o el Colegio de México, por citar algunos, para la revisión en temas como matemáticas, medio ambiente, las ciencias sociales y las humanidades.
También destacó un proyecto de educación dual con asesoría de los gobiernos de Alemania y Suiza, así como de algunas instituciones europeas, “para hacer más ágil y efectiva la relación que habría entre los planteles y las empresas, en este modelo que conjuga las competencias adquiridas en los espacios educativos y la práctica laboral o profesional”.
El funcionario habló además de lo importante que es construir un nuevo paradigma educativo, “ya que desde hace más de cien años se estudian las mismas materias de acuerdo a la enseñanza de la decimonónica escuela francesa: las ciencias en estancos o aisladas, las humanidades muy acotadas y, por el proceso de avance del individualismo, se han separado a las ciencias sociales y se quitaron la ética y el civismo, lo que llevó a olvidar lo esencial: la formación integral de ciudadanos con responsabilidad social”.
Una propuesta de esta revisión, añadió, “es que se forme a los jóvenes tanto en sus recursos sociocognitivos como en los socioemocionales, poniendo en el centro la formación ciudadana y el aprendizaje para la vida. Pretendemos incentivar el desarrollo del talento para todas las áreas del conocimiento, en las artes, ciencias y formación técnica, y también queremos que cada quien siga aprendiendo en la vida”.
Al respecto, añadió que lo anterior llevará al modelo educativo a incluir áreas transversales como el pensamiento matemático, historia, comunicación, cultura de las artes, educación física y aprendizaje digital, así como disciplinares (ciencias naturales experimentales, ciencias sociales y las humanidades): “No creemos que deba seguir enseñándose en estancos separados, pues esto no deja tiempo para profundizar la parte metodológica y la que nos permite desarrollar la capacidad del cuestionamiento para los problemas del futuro”.
Esta transformación será de manera paulatina y sostenida, explicó, a través de un proceso que surja de los docentes, para lo cual se ha generado un amplia y abierta discusión que involucra a miles de docentes desde 2019: “Este año formalizamos la realización de un seminario con cuatro sesiones de trabajo en cada plantel, donde hemos pedido a los docentes que nos transfieran sus conclusiones y sus recomendaciones para arreglar esta propuesta general. Debemos involucrar fundamentalmente a docentes y a estudiantes”, aseguró.
En este sentido, detalló que se han impartido ya cerca de 30 conferencias, así como mesas plurales con docentes, y que al final del año habrá nueve sesiones de discusión masiva para recoger la participación de 95 mil docentes: “Después de que tengamos estas ideas recolectadas hasta febrero de 2022, integraremos la propuesta del mapa curricular y mapas por área y asignatura”.
Una de las etapas finales, abundó, es la formación de profesores en el pensamiento transversal e interdisciplinario, así como en las nuevas prácticas pedagógicas con el apoyo de varias universidades del país; “la idea es llegar a los acuerdos secretariales del nuevo marco curricular común antes de julio de 2023. Los acuerdos implican la negociación con la Secretaría de Hacienda, porque tiene un registro y un soporte de la cantidad de recursos presupuestales, y queremos que se implante el primer semestre en agosto de 2023”.
Por último, aseguró que este proceso se implementará con total respeto a la autonomía universitaria y, en este sentido, “cada institución deberá asumir si acepta o no este modelo; tiene que ser un acuerdo nacional que construyamos de manera conjunta. Las universidades tendrán la opción de construir la parte propedéutica con un marco que será el mismo para todos”.