Restauran INAH y FAHHO cinco capillas y ermitas del siglo XIX en el Rincón Zapoteco de Oaxaca

A fin de preservar la herencia cultural de Oaxaca, un proyecto de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), avanza en la atención de cinco capillas y ermitas ubicadas en el Rincón Zapoteco (o región xhidza) de esta entidad, área zapoteca que se localiza en la Sierra Norte del estado, en comunidades ubicadas entre los distritos de Ixtlán de Juárez y San Ildefonso Villa Alta.

Realizada con recursos de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca (FAHHO) y sumando afanes del Centro INAH Oaxaca y de otras instancias como la estación Bëë Xhidza. Radio Aire Zapoteco, la iniciativa no solo busca atender a los inmuebles y sus bienes muebles asociados, sino también propiciar su conservación y su reapropiación, en el caso de los que estaban en abandono, por parte de las comunidades.

La restauradora de la CNCPC y coordinadora del proyecto, Renata Schneider Glantz, informó que así como las capillas y ermitas –estas últimas localizadas fuera de la traza de los pueblos– comparten características arquitectónicas (y en el caso de las cruces iconográficas y artísticas), sus daños eran igualmente comunes: ataque de insectos en maderas; tejas y paredes de tierra y piedra afectadas por humedad; vandalismo y suciedad, en algunos casos.

Y aunque no todas las capillas y ermitas comparten el mismo nivel de deterioro, ya que algunas están en uso constante, sí puede establecerse un auge en su construcción y uso, cuando en esta región comenzó a producirse grana cochinilla a finales del siglo XIX, lo que debió derivar en la construcción de estos pequeños espacios que funcionaban como fronteras simbólicas de entrada o salida de las comunidades de la región.

“Al ubicarse en senderos que se recorrían a pie o mula, los viajantes usaban estas capillas y ermitas para encomendarse, así como a sus comunidades, frente a enfermedades y plagas, o como portales de peregrinos, donde dormían bajo la protección de la cruz. Sin embargo, fueron cayendo en desuso cuando los caminos peatonales dieron paso a los vehiculares”.

Es así que en los cinco inmuebles seleccionados por el proyecto: dos ubicados en las comunidades de Santo Domingo Cacalotepec, en Ixtlán, y el resto en Santiago Yagallo, San Juan Yaeé y Villa Talea de Castro, se ha concluido la conservación preventiva –fumigación, limpieza y ensamblaje de partes– de cuatro adoratorios, y la conservación y restauración total de 15 cruces pasionarias y un Cristo de tamaño natural, piezas sobre las cuales se reintegró color e iconografía.

Las anteriores acciones también implicaron el aseguramiento y el registro del conjunto de bienes muebles e inmuebles en las bases de datos del INAH.

En el caso de los inmuebles, en agosto comenzaron las acciones en el templo de Villa Talea de Castro, a cargo de una empresa privada contratada por la FAHHO y bajo la supervisión de expertos del INAH. La expectativa es que las cinco edificaciones estén restauradas a finales de octubre próximo.

Previo a las intervenciones, personal del INAH realizó prospecciones de tipo antropológico encaminadas a conocer cómo entendían las comunidades y la región a su patrimonio o qué rutas peatonales y templos usaban aún y cuáles no. Para ello, también se realizaron talleres de cartografía patrimonial participativa.

Asimismo, durante los trabajos se han realizado juntas dentro de las comunidades, y en colaboración con la estación regional Bëë Xhidza. Radio Aire Zapoteco se realizó una campaña. Hasta ahora se han elaborado y transmitido cuatro cápsulas en xhidza –variante dialectal zapoteco de la región– a fin de difundir entre la población recomendaciones sobre cómo dar mantenimiento a los templos y qué materiales son adecuados o inadecuados para una intervención; también se ha dado información sobre las funciones del INAH, promoción de cursos sobre inventariación o conservación preventiva de imágenes y lienzos, entre otros temas.

Las cápsulas fueron realizadas íntegramente en zapoteco por miembros de las comunidades mencionadas, quienes formaron parte de un grupo de auxiliares capacitado durante dos meses en conservación preventiva, mediante un taller multicomunitario donde además intercambiaron información acerca del uso y tradiciones relacionadas con las capillas. Asimismo, se impartieron cursos de conservación preventiva a las autoridades municipales de cada comunidad.

Por último, la restauradora Renata Schneider comentó que en diálogo con la Conferencia del Episcopado Mexicano, se busca plantear nuevas opciones para que las comunidades generen y recuperen rutas de vereda intercomunitarias, visitas de esparcimiento, fiestas y/o peregrinaciones.