Los rescatistas continúan la búsqueda entre los escombros tras el potente sismo del sábado que ha dejado al menos 2.800 heridos y miles de casas destruidas en el suroeste del país
Los haitianos de las zonas afectadas por el terremoto de magnitud 7,2 que el sábado dejó más de 720 muertos y miles de heridos han pasado la noche a la intemperie ante el temor de que las nuevas réplicas, que se han extendido desde el sábado, empeoren la situación y derrumben las casas que quedaron en pie. Este domingo, mientras la tormenta tropical Grace avanza por el Caribe en dirección a esa isla, los rescatistas avanzaban las labores de búsqueda de supervivientes a contra reloj.
En la mañana de este domingo, las autoridades de protección civil actualizaron la cifra de víctimas: al menos 724 muertos, 2.800 heridos y miles de casas destruidas por un sismo que ha despertado los temores del potente terremoto de magnitud similar que en 2010 dejó 300.000 fallecidos.
“En Los Cayos estamos muy impactados. Mucha gente ha pasado la noche en la calle porque las casas están muy afectadas y no ha parado de temblar la tierra”, le dice a EL PAÍS Jenel Loubeau desde esa ciudad de cerca de 90.000 habitantes, una de las principales de la costa suroeste, la más afectada por el potente temblor que tuvo su epicentro cerca de Saint-Louis du Sud, a unos 160 kilómetros de Puerto Príncipe, la capital. Según explica este estudiante de 23 años, quienes no han perdido sus viviendas temen volver a ellas por las nuevas réplicas, que no han dejado de sentirse desde el terremoto del sábado.
El departamento Sur, al que pertenece Los Cayos, fue el más afectado, con 160 muertos, mientras que 100 personas fallecieron en el de Grand’Anse, 42 en Nippes, y dos en Noroeste. El primer ministro, Ariel Henry, sobrevoló el sábado las tres regiones más afectadas por el sismo en helicóptero y declaró el estado de emergencia en esas cuatro regiones para agilizar los medios y facilitar las labores de rescate.
Henry está al frente del Gobierno desde el mes pasado, después de que Haití pasara por otro capítulo traumático de los muchos que ha vivido en historia reciente cuando el presidente Jovenel Moïse fue asesinado a tiros el 7 de julio por grupo de sicarios, la mayoría mercenarios colombianos. El magnicidio agravó el caos político, social y de seguridad que vive el país caribeño.
El sismo de este sábado evidenció, por ejemplo, el mal estado de sus hospitales que se vieron sobrepasados a las pocas horas del sismo cuando empezaron a recibir a los cientos de heridos y tuvieron que hacer llamados para recibir ayuda de personal médico voluntario. El ministerio de Salud anunció el envío de personal y medicamentos a la península más afectada por el sismo, pero los operativos de ayuda pueden verse afectados por la profunda inseguridad que afecta a esta nación de la isla de La Española.
El primer ministro Henry reconoció en una rueda de prensa que su país tiene “un problema en Martissant”, un punto en la carretera que une Puerto Príncipe con las zonas afectadas del suroeste que está tomando por bandas armadas que han perpetrado ataques y secuestros, y aseguró que la policía y el ejército han sido desplazados al lugar para asegurarse el libre tránsito.
Solidaridad y ofertas de ayuda del extranjero
Mientras tanto, desde la comunidad internacional se han multiplicado las muestras de solidaridad y ofrecimientos de ayuda. El presidente estadounidense Joe Biden fue el primero en reaccionar el sábado al autorizar una respuesta inmediata para asistir a Haití que coordinará Samantha Power, la administradora de la agencia de cooperación USAID.
El secretario general de Naciones Unidas Antonio Guterres dijo que su organización “está trabajando para apoyar las labores de rescate y socorro” y varios países latinoamericanos como México, Perú, Argentina, Ecuador, Chile y Venezuela también ofrecieron ayuda en las labores de rescate. La vecina República Dominicana, por su parte, anunció el envío de 10.000 raciones de comida y equipos médicos y sanitarios, mientras que más de 250 médicos cubanos que estaban en la isla se desplazaron para atender heridos.
Este domingo, el papa Francisco expresó su “solidaridad” con Haití y pidió a la comunidad internacional a acudir en la ayuda de la nación, que ha sido golpeada por este potente sismo cuando aún no se había recuperado del de enero de 2010, de similar magnitud a este y que dejó 300.000 fallecidos.
Aunque el de este sábado parece a priori que va a ser mucho menos mortal, el sismo ha golpeado a las mismas zonas que en 2016 fueron golpeadas por el huracán Matthew, que provocó más de 800 fallecidos y dejó decenas de miles de viviendas afectadas, muchas de las cuales aún no se habían recuperado desde entonces.
Y en un país que parece no poder escaparle a las desgracias, ahora, a los haitianos les toca trabajar en las labores de rescate y tratar de ponerse en pie nuevamente con la amenaza de una tormenta tropical en el horizonte. Grace, que avanza por el Caribe en estos momentos, podría dejar copiosas lluvias en esa nación en la noche del lunes.
Con información de El País