La opinión| LA JUSTICIA A DEBATE Por Eladio Cárdenas Ramírez

REFORMA CONSTITUCIONAL EN MATERIA ELECTORAL: Fuera pluris?

Hay quien dice que el Presidente de la República, al ver los resultados de la pasada contienda electoral, amenazó con llevar a cabo una reforma en materia electoral, aduciendo “imparcialidad” del Órgano electoral (INE), tachando a los consejeros de conservadores, más por otro lado existen voces que señalan que el gran triunfador en los comicios anteriores, es precisamente dicha Institución ciudadana, pues a pesar de tanta presión del ejecutivo, no se amilanó y logró llevar a buen puerto los resultados.

Pudiera ser que efectivamente la obtención de curules en el congreso de la Unión, no le favoreció al partido del presidente, lo cual no demuestra que efectivamente los consejeros sean conservadores, pues lo que hicieron fue evitar la sobre representación de algún partido político, lo cual se encuentra plasmado en nuestra Carta Magna, por lo que hasta donde se ha sabido, los consejeros del INE, han estado actuando apegados a derecho.

No se requiere desaparecer al INE ni tachar de conservadores a los consejeros, la verdadera democracia no se construye con aspavientos ni con amenazas desde el poder, pues si descomponemos la palabra democracia resulta DEMOS pueblo-KRATOS poder, lo que se traduce en poder del pueblo y éste debe ponerse al servicio del pueblo, no del gobernante en turno.

Causa extrañeza el que después de tantos años de lucha electoral por parte de López Obrador, hoy pretenda acallar a las minorías, pues si de verdad propusiera la desaparición de los representantes plurinominales, estaría dando muestras de autoritarismo, además de representar un gobierno ilegítimo, precisamente por no permitir las voces de las minorías, lo que traería como consecuencia nuevamente la toma de calles con marchas exigiendo ser escuchados y una representación minoritaria dentro de la máxima tribuna de la Nación.

Si bien es verdad que según el decir del titular del ejecutivo lo que buscaría con dicha reforma, es la reducción del gasto electorero, debido a que las elecciones son muy caras, ello no tendría razón alguna, si nos damos cuanta cual fue el verdadero espíritu de la reforma de 1977, que fue precisamente para resolver el problema de legitimidad, pues el pueblo ya alzaba la voz en contra del otrora partido hegemónico, que a éstas alturas, aún está pagando la factura por los años en que solo su chicharrón tronaba, tornándose ahora en tiempos aciagos.

Es verdad que son demasiados los legisladores plurinominales en la cámara de diputados, pues son nada más y nada menos que doscientas curules que ocupan los diputados plurinominales, llamados anteriormente diputados de partido, pues se catalogó como un regalo de la democracia a los partidos políticos, la asignación de diputaciones por ese principio, si se rebasa el porcentaje mínimo que se requiere para la conservación del registro del partido, con lo cual aún se tiene el derecho de participar en el reparto de esas gratificaciones, mismas que se asignan por el llamado resto mayor.

Considera quien esto escribe, que una de las formas de abaratar la democracia mexicana, sería más bien la reducción de los partidos políticos, pues ya se ha vuelto un negocio jugoso para algunos que solo buscan la conformación de un Instituto Político para obtener las prerrogativas que se conceden por el solo hecho de existir como tal, aunque en la primer elección en que participen, pierdan el registro, para seguidamente volver a solicitar se les reconozca nuevamente como partido, solo cambiando de siglas, como aconteció con el Partido denominado PES, que anteriormente se denominada Partido Encuentro Social y que precisamente perdió el registro en la elección de 2018, para luego surgir nuevamente como Partido Encuentro Solidario, que por cierto volvió a perder el registro.

Sería loable que la autoridad electoral escudriñara a fondo a quienes solicitan el registro como Partido Político, a fin de evitar que personas que se dedican al culto religioso, sin apartarse de tales labores, se inmiscuyan en la política, pues de todos es sabido que existe prohibición al respecto.

Con lo anterior, considero se reducirían los costos de nuestra incipiente democracia, que por más que se luchado, no se ha alcanzado una verdadera democracia, quizás por apatía de los mismos ciudadanos que no les gusta participar de manera directa en las cuestiones políticas, motivo por el cual nuestra democracia es representativa. Es decir, que otros hagan por mí.

Con los cambios llámese reformas electorales, lo único que se ha logrado es el llamado chapulineo, pues con eso de la permisividad de la reelección inmediata, un cargo sirve de trampolín político para la obtención de otro cargo, sin siquiera haber cumplido a cabalidad el mandato del pueblo, pues para ser verdaderamente democráticos, se debe acatar la voluntad popular, para eso nuestra Constitución otorga la soberanía al pueblo, pero los ocupantes de los distintos cargos, so pretexto de la representación, juegan con la voluntad del pueblo. Hasta la próxima.