Familiares de los tres mineros que siguen atrapados en la mina de carbón que colapsó el viernes en el municipio de Muzquiz, en Coahuila, tienen la esperanza de que sigan con vida, pues aseguraron que los rescatistas y voluntarios escucharon chiflidos, gritos y golpes desde el interior, informaron medios locales.
“Estamos con la esperanza de encontrarlos con vida, los mineros de aquí de Rancherías escucharon eso porque son los que andan trabajando. Los rescatistas de otras partes solo están arriba en la entrada sin apoyar, pero tenemos fe de que ellos estén bien. Nadie de las autoridades nos dice nada, pero entre nosotros tenemos la esperanza”, señaló la señora Meli “R” a El País.
Hasta el momento, Protección Civil ha informado del rescate de cuatro cuerpos de los siete trabajadores.
Los familiares que permanecen en la entrada de la mina piden a Dios que José Leopoldo, Ernesto Damián y Juan Carlos estén vivos y a salvo, después de tres días de la tragedia, luego de que un vado lleno de agua se desbordó y el agua se coló al interior de la mina provocando el colapso. Nueve mineros estaban adentro, pero solo dos lograron resguardarse.
De inmediato se pusieron en marcha las labores de rescate y, primero, sacaron el cuerpo de Mauricio “C”, del Ejido la Cuchilla; después a Pedro “R”, del Ejido Rancherías, Huberto “R”, del Ejido La Mota y a Gonzalo “C”, también de Rancherías.
Tras estas acciones se complicaron las labores pues el agua destrozó techos y paredes de las minas, por lo que los rescatistas comenzaron a extraer el agua y reconstruir lo derribado para continuar.
Después de la tragedia, trabajadores de la mina, propiedad del productor de carbón Gerardo Nájera, han denunciado las precarias condiciones en las que trabajan e incluso dijeron que enviaron una carta al director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett, sin haber obtenido respuestas.
“Estas minas las denunciamos a la Secretaría del Trabajo en octubre de 2020. El 26 de octubre estivo Bartlett en Pasta de Conchos –la mina que colapsó en 2006 y sepultó a 65 mineros, cuyos restos no han sido rescatados aún—y le pidió un familiar que los recibiera para hablar de las minas y no le importó. Ni siquiera contestó”, comentó Cristina Auerbach, miembro de la Organización Familia Pasta de Conchos a El País, el 4 de junio pasado.
CON INFORMACIÓN DE PROCESO