*“No está en la naturaleza de las mujeres gobernar de manera horizontal, maternal e incluyente, ni tampoco en los hombres gobernar de manera autoritaria y patriarcal”, agregó la investigadora en el evento académico Elecciones y Democracia 2021.
El mal uso de las redes sociales por parte de aspirantes a puestos de gobierno, su exposición en éstas, la violencia política y de género, así como el abstencionismo fueron los temas de discusión en la mesa de trabajo “Elecciones, violencia política y redes sociales”, con la que se inauguraron este tipo de actividades durante el evento académico Elecciones y Democracia 2021, que organizan la Universidad de Colima y el Instituto Electoral del Estado (IEE).
Las estrategias de comunicación que utilizan los candidatos no han sido del todo apropiadas, de acuerdo con el investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, José Manuel de la Mora Cuevas, para quien diversos estudios apuntan a que los y las candidatos generan sus campañas en redes sociales bajo un esquema tradicional, es decir, “sólo las utilizan como un escaparate o medio informativo, y no de interacción”.
Según el académico, pese a que la pandemia hizo que las cosas cambiaran, los políticos continúan con el trabajo de campo y desaprovechan la herramienta destinada a llegar a más personas, “y es que se estima que durante el 2020 el número de personas que usa redes sociales creció en 12.4 por ciento”.
Colima, continuó, “tiene datos que contrastan; por ejemplo, se observó que los usuarios entre 18 y 44 años de edad tienen mayor uso de redes sociales, pero también los que más se abstienen. Esto nos dice que no son un medio para llegar a estas personas, o bien que las redes sociales no se utilizan de manera adecuada”.
En su intervención, Bárbara Mancera Amezcua, de la Facultad de Derecho, explicó que la interpretación del Derecho corresponde al sujeto: “Éste saber no tiene género, no es universal, racional o neutral. Muchas veces la autoridad basa sus decisiones en impulsos que pueden estar determinados por factores políticos, económicos, sociales y, sobre todo, por su propia idiosincrasia”, dijo.
Afirmar que el Derecho es masculino, continuó la académica, “es incorrecto, se refieren así porque lo ejercen los hombres, pero también hay espacios donde lo ejercen las mujeres. Sin embargo, que lo ejerza una mujer es insuficiente para acabar con la violencia de género. El problema no es el Derecho, sino quien toma las decisiones al interior de las instituciones jurídicas; el Derecho es sólo la herramienta. Además, tiene el género de quien lo utiliza”.
Lo que se necesita, siguió Mancera Amezcua, “es quitar las barreras e inseguridades que se les generan a las mujeres desde pequeñas y que, en su camino, cuando buscan acceder a un espacio de poder se tiene la idea de que gobernarán de cierta forma por el hecho de ser mujeres. Ni a mujeres ni a hombres corresponden estos dualismos; es decir, no está en la naturaleza de las mujeres gobernar de manera horizontal, maternal e incluyente, ni tampoco está en todos los hombres gobernar de manera autoritaria y patriarcal”.
“Por lo tanto, el Derecho no es masculino ni femenino, el poder y su ejercicio tampoco. Lo que tendríamos que discutir es para qué la utilización del Derecho y para qué el acceso de la mujer al poder, y si esto corresponde a la lucha feminista”, afirmó.
Posteriormente, Alejandra Chávez Ramírez, de la Facultad de Ciencias Políticas, abordó la violencia política de género y la importancia de las redes sociales mediante las cuales se busca atraer el voto. Desde su punto de vista, los y las mexicanas no aceptan que las mujeres tengan cargos en la política y los medios de comunicación tradicionales no las favorecen.
Por lo contrario, dijo, “se ven inmiscuidas en campañas de desprestigio por el hecho de ser mujeres. Estamos viendo campañas de políticas negras. El INE reportó que 78 de cada 100 mensajes incluían roles estereotipados y violencia política de género”.
A pesar de estos datos, la académica compartió que de 2006 a 2019 sólo existen 111 carpetas de investigación de violencia política de género; esto es, “menos del dos por ciento por año, parece que no hay una cultura de denuncia”. Los estados que tienen mayor número de denuncias, agregó, “son Tlaxcala, Puebla y Ciudad de México, mientras que en Colima aún no se registra una sola carpeta de investigación respecto al tema”.
“Lo que nos queda preguntar en las próximas campañas es: ¿serán campañas negras y violencia política de género lo que esté privando al término de la elección?, ¿las y los candidatos tendrán algo nuevo que ofrecernos a la ciudadanía?, ¿se habrán dado cuenta de que las cosas cambiaron por la pandemia?, ¿en dónde están los límites entre el uso de la violencia política de género y la vulneración a la libertad de expresión?”.
Otro punto importante que se tocó en esta mesa fue el abstencionismo electoral, a cargo de Amado Ceballos Valdovinos, de la Facultad de Derecho, quien habló sobre si este fenómeno tiene un aspecto positivo o negativo en las elecciones. Para el profesor, “el que las personas no emitan su voto tiene beneficios para algunos pocos, así como consecuencias nocivas en la sociedad y también de carácter político”.
Ceballos Valdovinos compartió que en el estado hubo un abstencionismo del 32.93 por ciento en 2018, en 2015 del 39, en 2012 del 36, en 2009 36.59, y en el 2005 del 44.26, siendo Tecomán el municipio donde más personas no salieron a votar: “Las causas principales son el descontento hacia los partidos, pues desconfían del proceso electoral, no les importa la votación, no sirve de nada, dicen, y le echan la culpa al mal gobierno”.
Amado Ceballos planteó la preocupación de que este fenómeno haya sido soslayado y poco atendido, pues no sólo habla de que no se vote, sino de que los que no votan someten su decisión a los que sí votan, y se desconoce si están centrados en ejercer el voto o tendrán un beneficio directo al votar.