El Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, uno de los megaproyectos que el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció en el arranque de su sexenio y que cayó paulatinamente en el olvido, está basado en cifras inverificables, que plantean un incremento de 982% en el transporte de bienes entre los puertos de Salina Cruz, en Oaxaca, y Coatzacoalcos, en Veracruz.
Según la Auditoría Superior de la Federación (ASF), el proyecto está sustentado en un estudio elaborado por la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario (ARTF), el cual planteó que con la instalación del ferrocarril entre ambos puertos la demanda de carga pasaría de 400 millones de toneladas anuales –las que actualmente se mueven en tráilers– a 4 mil 334 millones de toneladas, pero no incluyó “elementos suficientes que permitieran evaluar la razonabilidad de los supuestos”.
En otras palabras: la estimación de la demanda determina la rentabilidad de dicho proyecto, por lo que, si no se garantiza que ésta se haya estimado bajo supuestos razonables, se pone en riesgo el beneficio social previsto para el proyecto de inversión”, subrayó el ente fiscalizador.
En sus informes sobre la Cuenta Pública 2019, publicados este sábado 20 de febrero, la ASF también puso en duda las proyecciones y estimaciones que sirvieron para justificar los megaproyectos del Tren Maya y la refinería de Dos Bocas, ambos impulsados por la autodenominada “Cuarta Transformación”
En su auditoría número 257-DS, la ASF se concentró en el primer año de operación del Programa de Desarrollo del Istmo de Tehuantepec, que pretende modernizar el ferrocarril del Istmo de Tehuantepec para conectar los puertos de Salina Cruz y de Coatzacoalcos, y crear alrededor de las vías un corredor industrial conformado por nuevas ciudades, carreteras y aeropuertos.
Tras cambiarle el nombre a la Autoridad Federal para el Desarrollo de las Zonas Económicas Especiales (ZEE) –creada durante el sexenio de Enrique Peña Nieto– en el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, López Obrador entregó el proyecto a su amigo y allegado, Rafael Marín Mollinedo.
Sin embargo, la ASF planteó que el ente recién creado operó durante su primer año sin un órgano colegiado o Comité de Cumplimiento Normativo, encargado de establecer las políticas y procedimientos para garantizar el desarrollo de sus actividades conforme a la normativa vigente.
Aparte, el organismo fiscalizador observó que, desde su primer año, el programa absorbió el proyecto de infraestructura de Ferrocarriles del Istmo de Tehuantepec (FIT) para corregir la “línea Z” que recorre los 206 kilómetros entre Salinas Cruz y Coatzcacoalcos, lo que quintuplicó el monto del proyecto, el cual pasó de 645 millones de pesos a 4 mil 164 millones de pesos.
CON INFORMACIÓN DE PROCESO