*El rector Christian Torres Ortiz anunció que, en el segundo semestre del presente año, la Universidad organizará una exposición sobre la vida y obra de Jorge Chávez.
Este miércoles, el Seminario de Cultura Mexicana, corresponsalía Colima, rindió un homenaje al pintor colimense Jorge Chávez Carrillo, a cien años de su natalicio, a través de un conversatorio virtual en el que participó como invitado especial Christian Jorge Torres Ortiz Zermeño, rector de la Universidad de Colima.
Al dar la bienvenida, Ada Aurora Sánchez Peña, presidenta del seminario en el estado, resaltó que, en el marco del 63 aniversario de esta corresponsalía, era justo recordar a quien fuera uno de los fundadores, “el apreciado pintor, docente universitario y promotor cultural, Jorge Chávez Carrillo”.
En su intervención, Felipe Leal Fernández, presidente de este seminario en el país, dijo que Jorge Chávez era “un hombre de vasta cultura, un renacentista en el México del siglo XX, de los años cincuenta, cuando México renace en las artes visuales, la música, la arquitectura, literatura, la fotografía y el cine, un México del que formó parte construyendo una nueva identidad cultural. Jorge Chávez tenía la capacidad de integrar las artes visuales con la música, con las artes aplicadas y la difusión de la cultura”.
Por su parte, Oriana Zaret Gaytán Gómez, secretaria de Cultura del Gobierno del Estado de Colima y Blanca Garduño Pulido, historiadora de arte e integrante del Seminario de Cultura Mexicana corresponsalía Colima, coincidieron en que el estado “debe estar muy agradecido con el maestro Chávez Carrillo, ya que dejó un sinfín de creaciones, influencias, aportaciones, tomando el liderato artístico a la muerte de otro gran artista, Alfonso Michel”.
Para Blanca Garduño, autora del libro “Jorge Chávez Carrillo, vida y obra de un artista de vanguardia de México del siglo XX”, editado por la Universidad de Colima y presentado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara del 2019, comentó que el maestro Chávez “resultó ser una gran palanca para mover en Colima todos los aspectos políticos, sociales y culturales; sin embargo, creo que no se le ha reconocido aún su enorme implicación como promotor de grandes iniciativas dentro de las instituciones de arte”.
En el conversatorio virtual participó también Alejandra Chávez Ramírez, hija del artista y profesora investigadora de la Universidad, quien compartió cómo era el maestro en la intimidad, en su hogar, con su familia y amigos; “hablar de Jorge Chávez es hablar de un hombre multifacético, de carácter y fuerte presencia, que logró un gran desarrollo artístico cultural. Su hambre de conocimiento lo acercó a la literatura, el arte y la arquitectura. Un ser humano comprometido con la gente, con gran capacidad para la empatía y además un gran conversador”.
Nuestra casa, recordó, “siempre fue un lugar de encuentros de familiares, amigos, conocidos, e incluso desconocidos que eran invitados a probar los alimentos sin importar la hora; nunca hubo distingos, las puertas de la casa siempre estaban abiertas, una prueba más del hombre desprendido de las cosas materiales y con gran amor al prójimo que fue Jorge Chávez”.
“Con su ejemplo -concluyó- aprendimos que no hay que considerar al estudio como una obligación sino como una oportunidad para penetrar en el maravilloso mundo del saber, que el valor de la gratitud es esencial en el desarrollo y comportamiento del ser humano, y que el estudio y el trabajo son lo único que permitía al individuo cambiar su destino”.
En su participación, el rector Christian Torres Ortiz dijo que el homenajeado fue un formador artístico y “una persona preocupada porque el arte estuviera al alcance de todas las personas que tuvieran una inquietud en ese sentido; esta meta no es tarea fácil, ni antes, ni hoy; para lograrlo se tiene que pensar más allá de la individualidad y visualizar el futuro, gestionando diligentemente. Esa mirada de largo alcance la tuvo Jorge Chávez”.
Es así, con su participación, añadió, como inicia lo que hoy es un eje importante en la universidad, la extensión de la cultura, cuyo vínculo es el Instituto Universitario de Bellas Artes, “dependencia que a la fecha funge como instrumento que forma y encauza a los jóvenes, que les da conocimiento y les prepara para la vida; que acerca el arte y la cultura a la sociedad”.
Jorge Chávez Carrillo, citó el rector, tenía su propia definición de maestro: “Ser maestro de arte es una profesión enigmática y peligrosa, porque supone enfrentarse al mayor de los misterios del arte: la mirada inocente del niño, del joven, del adulto que desea hacer arte, esa mirada salvaje, de hambre, en la que todo comienza, en la que o bien nos reconocemos o estamos muertos. Y por ello he tenido el privilegio de enseñar a niños, ancianos sabios, a profesores universitarios y a amas de casa, a jóvenes talentos en ciernes, a verdaderos necesitados de terapia artística y genios en potencia. De todos ellos – como artistas en alguna medida–, he aprendido sobre el arte y la vida, pero nunca lo suficiente como para saber en qué consiste ser maestro de arte, sino es ser un poco maestro en la vida.”
La universidad, destacó Christian Torres Ortiz, dio cuenta de un hombre que mostró habilidad para relacionarse y gestionar en beneficio de la cultura colimense; “así es como el maestro Jorge Chávez logró que el arte se consolidara en su terruño, Colima; este transitar que realizó por voluntad propia parece fácil, pero atrás hubo una visión férrea, la cual permitió que hoy contemos con el IUBA y que su propósito de vida, de que la cultura debe beneficiar a la sociedad, se haya cumplido”.
Antes de concluir, el rector anunció que, en el segundo semestre del presente año, la Universidad de Colima organizará una exposición sobre la vida y obra de Jorge Chávez con la colección del acervo universitario y de acervos privados.