Cuba iniciará en marzo la última etapa del ensayo clínico de su vacuna contra el covid-19, Soberana II, por lo que aplicará una dosis a 150 mil personas
Tras anunciar que su vacuna, Soberana II, está en la última fase de ensayos clínicos, Cuba se colocó en la antesala de convertirse en el primer país de América Latina en producir su propio fármaco contra el covid-19.
En un artículo publicado este viernes en la página de la ONU, Jenny Larsen, consultora de la organización, afirma que, lejos de ser un éxito de la noche a la mañana, la capacidad de Cuba para desarrollar una vacuna es el resultado de décadas de inversión en su industria biofarmacéutica, que en sus primeras etapas de desarrollo contó con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI).
Cuba, dice, espera inocular a toda su población contra el covid-19 con una vacuna de producción propia, este año. El país, prosigue, cuenta con cuatro posibles vacunas en desarrollo, la más avanzada de las cuales es Soberana II, que debe comenzar los ensayos de fase III en marzo, con 150 mil voluntarios. “Si supera este último obstáculo clínico, la vacuna cubana será la primera que se desarrolle en América Latina”.
Según el Instituto de Vacunas Finlay (IFV), con sede en La Habana, en 2021 podrían suministrarse 100 millones de dosis tanto para uso nacional como para la exportación. Cuba ya firmó un acuerdo para realizar ensayos clínicos en Irán, en colaboración con el Instituto Pasteur del país, mientras que Jamaica, Vietnam y Venezuela, entre otros, han expresado su interés en obtener la vacuna una vez que supere las pruebas de seguridad y eficacia necesarias.
A medida que aumentan las disputas internacionales sobre la distribución equitativa, dice la consultora, en medio de acusaciones de que los países ricos están acaparando los suministros, una distribución exitosa de Soberana II podría proporcionar un potencial salvavidas a los países en desarrollo que buscan inmunizar a sus poblaciones contra el covid-19.
“Que la pequeña isla caribeña esté por delante de muchos países más desarrollados en la carrera por encontrar una vacuna eficaz puede parecer sorprendente. Sin embargo, décadas de experiencia e inversión en los sectores biotecnológico y farmacéutico de Cuba, que en sus primeras etapas contó con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial y otras organizaciones internacionales, han permitido a la industria dirigir los recursos de forma rápida y eficaz hacia el desarrollo de vacunas de emergencia”, resalta.