El plasma convaleciente, suministrado en un paciente con cáncer y luego infectado con el Covid-19, produjo dos variantes del SARS-CoV-2, la segunda de ellas aumentó su capacidad infectiva acabando con la vida de la persona
La evidencia científica sobre el Covid-19 aumenta junto con el desarrollo de la enfermedad, pues hasta la fecha, los efectos del SARS-CoV-2 se han presentado a través de diferente sintomatología, nuevas variantes, distintos índices de contagiosidad, entre otros factores.
Uno de los hallazgos más recientes tiene que ver con el tratamiento de plasma convaleciente, el cual aseguraron los expertos provocó mutaciones, con alto grado de peligrosidad, en los pacientes tratados.
El pasado 5 de febrero, científicos de la Universidad de Cambridge reportaron los resultados de una investigación en la que sugieren que la atención con anticuerpos fue el responsable de infectar a un hombre con un sistema inmunológico comprometido y que, posteriormente, falleció luego de una batalla de 102 días en el hospital.
El caso de este paciente fue diagnosticado a mediados del 2020. Su historial medico indicó que padecía cáncer desde 2012, por lo que la terapia oncológica junto con los efectos de la misma enfermedad habían debilitado su sistema inmune desde hacía más de un lustro.
Luego de ser hospitalizado, el doliente atravesó dos ciclos en los que fue tratado con el medicamento remdesivir, antiviral que ha sido uno de los pocos que, hasta la fecha, demostró respuestas optimistas para inhibir los efectos del Covid-19, al grado que fue aprobado por la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA).
Más tarde, el paciente recibió una terapia basada en producto sanguíneo, es decir que le fueron suministradas dos dosis de plasma convaleciente, que no es más que una porción de sangre rica en anticuerpos, producto de las personas que ya se han recuperado de la enfermedad causada por el virus del SARS-CoV-2. Anteriormente, la FDA había declarado que este tipo de tratamiento contaba con el suficiente potencial para reducir la severidad y acortar la duración de la enfermedad, por lo que alentaban a los pacientes rehabilitados a donar su sangre.
Sin embargo, Ravindra Gupta, microbiólogo del Instituto de Inmunología Terapéutica y Enfermedades Infecciosas de la universidad, identificó, después de estudiar los genomas virales obtenidos del hombre inmunodeprimido, que así como el plasma puede tener efectos positivos, puede producir reacciones negativas.
Sus resultados, publicados en “Nature”, revelan que el tratamiento con remdesivir, a 57 días de su aplicación, cambió mínimamente la estructura viral en la sangre del paciente. Mientras que, la mutabilidad sufrida, luego de cada ciclo de plasma convaleciente, fue muy alta.
“(…) Las muestras estaban dominadas por virus con un par particular de mutaciones en la proteína de pico del SARS-CoV-2 -una de las partes más importantes del patógeno, pues a través de ella accede a las células humanas e infecta a las personas-, el principal objetivo del sistema inmunológico”, aseguró el también integrante del Instituto de Investigación en Salud de África en Durban, Sudáfrica.
El investigador explicó que estas observaciones demostraron que la primera mutación, también llamada como “secuencia ultraprofunda” del genoma, desencadenada por el uso de plasma convaleciente, debilitó muy poco la potencia de los anticuerpos, además redujo la infectividad del virus, lo cual fue ciertamente positivo.
Sin embargo, los efectos de la segunda mutación no contaron con la misma suerte, ya que esta restauró su capacidad infectiva. “Después de la terapia con plasma convaleciente, observamos grandes cambios dinámicos en la población de virus, con la aparición de una cepa viral dominante de la proteína Spike, la cual confería una sensibilidad modestamente disminuida al plasma convaleciente, mientras que mantenía una infectividad a la del ´tipo salvaje´”, reveló el científico.
Por ello, Gupta y su equipo de investigación consideraron que estos datos revelaron que el “potencial de evolución viral significa que el plasma convaleciente debe usarse con precaución al tratar a personas con inmunidad comprometida” y esperan ahondar en el estudio de más casos que legitimen su hipótesis.
CON INFORMACIÓN DE EL UNIVERSAL