Ayer fuimos testigos del Superbowl número 55 donde los bucaneros de Tampa Bay se coronaron campeones ante el equipo de Kansas City, pero este evento también nos dejó un medio tiempo que ha dividido gustos en tres partes, los que no les gustó, los que sí y los que más o menos pero le faltó algo.
En esta edición el encargado de llevar la parte musical del super bowl fue “The weeknd”, un canadiense que ha sabido llegar a lo alto de la cime musical posicionando éxito tras éxito.
En opinión particular considero que englobando toda la situación mundial por la pandemia del Covid-19 este fue un espectáculo decente, algunos tal vez lo consideran modesto comparado con otros pero insisto, tomando en cuenta las circunstancias, fue algo decente.
La decisión de cantar solo, sin embargo, pudo haberle pesado un poco pues hubo algunos tiempos muertos donde a consideración personal pudo haber entrado –de haber existido- algún invitado. Aun así, se agradece a “The weeknd” que regresara el formato de concierto a los medio tiempos que se había perdido con los años y había sido sustituido por sólo cantar canciones en partes y con múltiples invitados.
La expectativa apuntaba a que en cualquier momento aparecería Daft Punk, Ariana Grande, Rosalía o Justin Bieber (en mi caso, por aquello de que son canadienses) pero no, jamás pasó.
En lo particular el cantar en solitario me recordó a la presentación de Prince en 2007, aunque en esta ocasión no ha habido quejas sobre escenas dudosas o alteraciones como en el año antes mencionado o en la presentación de 2020 de Shakira y J.Lo.
Este show tal vez para muchos no quede en la historia como el mejor medio tiempo pero sí el que más circunstancias increíbles debió enfrentar.
Como dato, los artistas que se han presentado en este show no cobran honorarios, lo que sí, la NFL corre con los costos de producción. ¿Qué ganan a cambio los artistas? Un lugar en la historia, publicidad y miles y miles de reproducciones en youtube y spotify.