Hugo Valdemar desmiente supuesta muerte del cardenal Norberto Rivera

El exvocero de la Arquidiócesis, Hugo Valdemar, desmintió la supuesta muerte del cardenal Rivera, versión que circuló en las redes sociales durante las últimas horas.

El arzobispo emérito de México, Norberto Rivera Carrera, continúa grave por Covid-19, aunque registró mejorías durante la última semana, dio a conocer la Arquidiócesis Primada de México a través de Twitter. Igualmente, pidió a los feligreses “orar por su salud y la de quienes están sufriendo a causa de esta pandemia”.

Su exvocero, Hugo Valdemar, desmintió la supuesta muerte de Rivera -de 78 años de edad-, versión que circuló en redes sociales. Aseguró que se ha mantenido estable durante las últimas horas.

La semana pasada, Hugo Valdmar Romero, aseguró que Rivera había sido intubado el lunes 18 de enero y que había recibido la extremaunción, sacramento de la iglesia católica para una persona que está próxima a la muerte. También acusó a la Arquidiócesis Primada de no costear los gastos médicos de Rivera ni darle apoyo espiritual.

Valdemar comentó entonces que Rivera tiene serios daños pulmonares y muy baja saturación de oxígeno, que ha llegado a bajar al 40%. También se quejó de que ni a él ni a los familiares del cárdenal se les ha permitido visitarlo.

En respuesta, la Arquidiócesis aclaró que fue Ribera el que prefirió atenderse en un hospital privado: “Aquellos obispos y sacerdotes contagiados de Covid-19 que deseen llevar el seguimiento de su enfermedad a través de otros medios pueden hacerlo, con recursos propios o los apoyos que puedan otorgarles las personas allegadas a ellos. En el caso del cardenal Norberto Rivera, el cardenal Carlos Aguiar designó a un sacerdote que ha estado desde un inicio al pendiente de las necesidades de nuestro arzobispo emérito. El cardenal Norberto Rivera tomó la decisión de recibir la atención médica en el sector privado“, anotó.

El 6 de junio de 2017, el cardenal presentó al papa Francisco su renuncia como Arzobispo de la Arquidiócesis Primada de México. En su lugar fue nombrado el cardenal Carlos Aguiar Retes.

En una carta pública dijo que se iba con “la satisfacción de no haber permanecido mudo ante la violación de los derechos humanos y divinos de mi madre la Iglesia. Lamento si, por mi posición firme, alguien se sintió ofendido y lastimado, y una vez más pido humildemente perdón a quien, aun sin querer, haya ofendido”.

“Siempre conté con la cercanía y el amor maternal de mi Morenita del Tepeyac y el ejemplo de san Juan Diego, a quienes ahora elevo mis oraciones por el nuevo Arzobispo de México.
Finalmente, pido perdón a Dios por mis debilidades y omisiones. Al final de mis días espero encontrarme con mi Salvador, rico en Misericordia”, aseguró.

Norberto Rivera Carrera nació el 6 de junio de 1942 en La Purísima, Tepehuanes, en la Arquidiócesis de Durango y fue ordenado sacerdote el 3 de julio de 1966 en Roma por el papa Pablo VI, en la Basílica de San Pedro.

El 5 de noviembre de 1985, fue nombrado Obispo de Tehuacán, su consagración episcopal se realizó el 21 de diciembre de 1985 y promovido a la sede metropolitana y primada de México el 13 de junio de 1995.

El 18 de enero de 1998 fue designado Cardenal de la Iglesia; el 21 de febrero del mismo año le fue impuesto el capelo cardenalicio por el papa Juan Pablo II en la Basílica de San Pedro y, posteriormente, el 1 de marzo fue recibido en la Catedral Metropolitana como nuevo cardenal metropolitano.

Ya como cardenal, fue designado como miembro de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, integrante del Comité de Presidencia del Consejo Pontificio para la Familia y miembro de la Pontificia Comisión para América Latina.

Además, titular de la Iglesia de San Francisco de Asís en Roma, integrante de la Congregación del Clero y formó parte del Sínodo Permanente de los Obispos (realizado en octubre de 2001). Entre otros cargos, fue presidente del Consejo Interreligioso de México y Presidente del Consejo Ecuménico.