Mientras la pandemia roza 100 mil muertes y pasa el millón de contagios, la economía agoniza con caída acumulada del PIB, decenas de millones de nuevos pobres y la ausencia de un antídoto económico del Gobierno
Mientras la pandemia roza las 100 mil muertes y rebasa el millón de contagios en México, la economía agoniza con una caída acumulada del 9.6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), decenas de millones de nuevos pobres y la ausencia de un antídoto económico del Gobierno.
“No diría que fue una estrategia diferente a la de los demás países porque ni siquiera hubo una estrategia económica como tal”, expresa en entrevista Edmar Ariel Lezama, coordinador del Programa Único de Especializaciones en Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
México es el décimo primer país con más contagios y el cuarto con mayor número de muertos, de acuerdo con la Universidad Johns Hopkins.
También es una de las economías más golpeadas del mundo, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), que pronostica una contracción del 9 por ciento este 2020.
Economía enferma
Pero antes de la pandemia, México ya arrastraba un decrecimiento de 0.3 por ciento en 2019, por lo que acumula seis trimestres de contracción, advierte Eugenio Sánchez, experto en finanzas y economía aplicada.
“Un tema específico de México es que ya veníamos con una recesión leve porque nos agarró en un cambio de Gobierno y además un Gobierno que trajo mucha incertidumbre, por ejemplo, en todo el año 2019 no hubo ningún trimestre en el que creciera la inversión pública ni privada”, observa.
El Gobierno sostiene que la curva económica será una “V” porque “tocó fondo” en el segundo trimestre del año, con una contracción histórica anual de 18.7 por ciento, más un repunte evidente de julio a septiembre, con un crecimiento trimestral de 12 por ciento.
Aunque coincide en que la economía “ya tocó fondo”, Sánchez advierte que la pandemia deja cicatrices económicas que tardarán en sanarse.
“Sería una recuperación en dos etapas, donde la primera es rápida, que es lo que ya estamos viendo, pero después no va a ser tan rápida, y los efectos para muchas personas, sobre todo para las más pobres, pueden durar años”, considera.
Pobres e informales
Si la economía mexicana decrece un 7 por ciento este año, 12 millones de personas caerían en la pobreza y otros 12.3 millones pasarían a la pobreza extrema, según un estudio de BBVA México.
De este modo, el porcentaje de población pobre por ingresos en México crecería del 48.8 por ciento actual hasta el 58.4 por ciento, mientras que la pobreza extrema aumentaría del 16.8 por ciento al 26.6 por ciento.
“La recuperación no es equitativa a través de los distintos sectores. Por ejemplo, de la crisis de 2008 el desempleo y la pobreza tardaron ocho años en recuperarse a pesar de que el PIB se recuperó relativamente rápido”, comenta Sánchez.
Por la pandemia, México perdió 12 millones de trabajos informales y más de 1 millón de formales, informó el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Arturo Herrera.
Hasta ahora, el país ha recobrado 7.5 millones de esos puestos, al menos 7 millones del sector informal, afirmó el funcionario la semana pasada.
“Nosotros hemos venido teniendo este repunte (económico) ya a lo largo de estos meses, desde junio para acá, teniendo hasta ahora bajo control la pandemia”, aseveró.
Pero Lezama advierte que, si México experimenta rebrotes como los de Europa o Estados Unidos que obliguen a un reconfinamiento, los efectos podrían ser catastróficos porque entre el 55 por ciento y el 60 por ciento de la fuerza laboral es informal.
“El hecho de que seamos un país mayoritariamente informal pega, si tenemos que volver a encerrarnos ocurrirá lo mismo que pasó al principio de la cuarentena, con familias que no pueden generar ningún tipo de ingreso, dado que no están vinculadas a empleos formales”, manifiesta.
Crisis desigual
Tres de cada cuatro fallecidos por COVID-19 en México, el 75 por ciento, tenían solo un nivel de educación básica, de primaria o secundaria, según una pesquisa del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM.
Por otro lado, el 48 por ciento tenía un oficio u ocupación manual y el 45 por ciento eran amas de casa, jubilados o desocupados.
“Generalmente son personas pobres y vinculadas a la informalidad, lo cual está explicado por no tener acceso a un sistema de salud ni tampoco tener un ingreso fijo que permita comprar medicinas o tener un ahorro para hacer frente a este problema”, detalla Lezama.
Además de representar pérdidas humanas, estas muertes también traerán consecuencias económicas para México, lamenta el profesor.
“El que una pandemia termine por matar a tu mano de obra, a tu capital humano, por más bueno o mal calificado que esté, tiene un impacto, no en el corto plazo, pero sí al mediano y largo plazo en términos económicos”, concluye.
Con información de EFE