Mediante cambios en el estilo de vida se pueden mantener niveles normales de triglicéridos, sostuvo el coordinador auxiliar de Atención Médica en la Oficina de Representación Colima del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), doctor Juan Gabriel Barrera Acosta.
Detalló que las dislipidemias son un conjunto de enfermedades que resultan de las concentraciones anormalmente altas de colesterol, triglicéridos en la sangre, y que constituyen un importante factor de riesgo modificable para la salud cardiovascular del individuo.
Para el diagnóstico, dijo, es necesario medir los lípidos en la sangre, cuyos niveles normales para el colesterol total deben ser menores de 200 mg/dl, y en triglicéridos menores de 150 mg/dl.
Barrera Acosta señaló que la enfermedad cardiovascular debida a arteriosclerosis es una de las causas primarias de morbilidad y mortalidad en todo el mundo, y México no es la excepción. En tanto, la arteriosclerosis es un proceso que también está influenciado por la edad y afecta la salud de venas y arterias.
“El metabolismo de los lípidos que consumimos en los alimentos puede estar alterado y esto se suma a otros factores, como el sedentarismo, el tabaquismo, la diabetes y la hipertensión arterial, que en la mayoría de las ocasiones llevan al paciente a complicaciones cardiovasculares graves”, refirió.
La dislipidemia usualmente es asintomática, la mayoría de los pacientes son identificados en las revisiones de rutina cuando se les solicita una prueba de laboratorio o seguimiento de control posterior a haber presentado un evento cardiovascular, enfatizó.
Indicó que para mantener niveles normales de triglicéridos, la prevención secundaria tiene el objetivo de evitar la recurrencia o complicaciones de la enfermedad cardiovascular.
El tratamiento no farmacológico debe incluir la educación en estilo de vida saludable, la promoción de la actividad física, el manejo del estrés, evitar el tabaquismo, además de disminuir los factores de riesgo psicosocial y mantener una alimentación saludable.
En los individuos de muy alto riesgo cardiovascular y que cuenten con concentraciones de lípidos elevadas se recomienda la intervención de un nutriólogo, con el fin de reforzar el cambio en los estilos de vida, subrayó.
El coordinador auxiliar de Atención Médica recalcó que la importancia de realizar actividad física es ayudar a una adecuada salud cardiovascular, contribuir a mantener un peso corporal saludable, fomentar la sensación de bienestar y mejorar los niveles de los lípidos.
La actividad física a realizar puede ser de diferentes maneras; leve: como caminar a una velocidad menor de 4.7 kilómetros por hora, actividades en el hogar ligeras; moderada: como caminar a velocidad de 4.8 a 6.5 kilómetros por hora, andar en bicicleta o bailar; e intensa, que puede ser correr, andar en bicicleta a más de 15 kilómetros por hora o nadar.
El especialista recomendó consumir al día, alimentos variados para una dieta saludable como:
1. Ácidos grasos saturados en menos del 10 por ciento de la ingesta total de energía, y remplazarlos por ácidos grasos poliinsaturados.
2. Menos de cinco gramos de sal por día.
3. 30 a 45 gramos de fibra al día, preferiblemente de productos integrales.
4. 200 gramos o más de fruta por día (dos a tres porciones).
5. 200 gramos o más de verduras al día (dos a tres porciones).
6. Pescado una a dos veces por semana.
7. 30 gramos de nueces sin sal al día.
8. Desalentar y evitar el consumo de bebidas alcohólicas y bebidas endulzadas con azúcar.
Barrera Acosta precisó que los alimentos que provocan que se eleven los niveles de triglicéridos son: bebidas azucaradas, endulzantes en los alimentos, carbohidratos en exceso y productos industrializados que contienen fructosa, jarabe de maíz de alta fructosa, dextrosa y manitol.
Para finalizar, hizo un llamado a la población a consumir alimentos como frutas, verduras, cereales integrales, leche, productos lácteos sin grasa o bajos en grasa, carnes magras, aves, pescado, frijoles, huevos, nueces; así como los que contengan pocas grasas saturadas, trans, sal (sodio) y azúcares adicionales, para mantenerse dentro de las necesidades calóricas diarias.