Al parecer, el gobierno federal ya se desatendió de la pandemia sanitaria y entendió que ese tema no le dará dividendos favorables y tampoco tiene argumentos para explicar cómo hemos llegado a los casi 50 mil fallecidos y a los casi 500 mil contagiados oficialmente y sólo se refieren a la pandemia para atribuirle la culpa de la crisis económica, cuyos números y consecuencias ponen al país en situación muy delicada.
La caída anual de 18.9 por ciento en el producto interno bruto (PIB), reportada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), superó todo dato de crisis precedente en el país. Con ese resultado, el tamaño de la economía regresó al punto que tuvo hace 10 años.
Analistas financieros estiman que, si bien la actividad económica tocó fondo en abril y sobre todo en mayo, con visos de recuperación en junio, un regreso del PIB a niveles anteriores a la crisis sanitaria se estima que podrá lograrse hasta dentro de tres o cuatro años.
Todas las actividades decrecieron entre abril y junio. Las industrias se desplomaron 26 por ciento a tasa anual y el comercio y servicios 15.6 por ciento.
La actividad económica comenzó a desacelerarse desde el último trimestre de 2018 y en el segundo de 2019 inició con tasas negativas; hasta hoy, son cinco trimestres consecutivos de contracción, el gobierno de AMLO no ha visto en ningún trimestre crecer la economía, por eso no acepta las mediciones en materia económica, porque todas le han sido desfavorables.
La falta de apoyos a las empresas para estimular la producción y mantener el empleo ha sido justificado con el inconveniente de contratar endeudamiento y el costo muy elevado que tendría el pago de esa deuda en los próximos años, que terminarían afectando el pago de los apoyos sociales por la baja recaudación fiscal y que han incrementado el número de desempleados y el número de pobres.
Los primeros tres meses de 2020 –cuando no había un brote agudo de Covid-19 en el país la actividad económica ya había decrecido 2.2 por ciento–, el Inegi reportó que el PIB cayó 17.3 por ciento entre abril y junio y los pronósticos de los organismos mundiales son muy pesimistas.
El Fondo Monetario Internacional estima que el PIB de México caerá 10.5 por ciento en 2020; el Banco Mundial, 7.5 por ciento; la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, al menos 8.6; y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, 9 por ciento, que además llevará el número de personas en pobreza de 53.6 a 63.3 millones y en pobreza extrema de 14 a 22 millones.
El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que esperaba la caída de 18.9 por ciento de la actividad económica reportada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), porque corresponde a los tres peores meses de afectación de la pandemia de Covid-19. En abril y mayo se “tocó fondo, pero ya pasó lo peor y estamos repuntando”.
En conferencia de prensa, pidió esperar en tres meses los resultados de la actividad económica de julio-agosto-septiembre, “pero yo lo veo con optimismo”.
La pobreza crece
Durante mayo, la población del país en pobreza laboral llegó a 54.9%, de acuerdo con un análisis el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en ese mes 69.6 millones de mexicanos no tuvieron el ingreso laboral suficiente para adquirir la canasta básica alimentaria.
El número de mexicanos en pobreza laboral creció en 24.4 millones, si se compara con los 45.2 millones registrados en el primer trimestre del año, según reporte basado en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI.
AMLO afirmó que la cifra del Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social, de que 70 millones de personas no tendrían para adquirir una canasta básica, tampoco es definitiva, “porque funcionó apoyar como nunca a los más necesitados, mediante los programas de bienestar y créditos. Con este modelo se está demostrando que se puede caer la economía y no significa que haya más pobreza”.
“Nuestra propuesta de enfrentar la crisis nos está resultando favorable, porque dijimos que a partir de julio empezábamos a levantarnos y ya hay signos en ese sentido”.
La política de apoyar a los pobres nos ayuda mucho, lo que se decidió de inyectar recursos abajo para que la gente no padezca, que la gente más pobre tenga ingresos. Si hubiésemos optado por la otra política, de meter dinero arriba, entonces sí, el deterioro en las condiciones de vida de la mayoría de los mexicanos sería más preocupante”.
El presidente está convencido de que los programas sociales van ayudar al crecimiento económico, él cree que con el consumo de los pobres que reciben apoyo del gobierno, los ricos se benefician con las ganancias de la compra de los pobres.
Ya se equivocó AMLO cuando creyó que los programas sociales, combatirían la inseguridad y ayudarían a la paz, los programas sociales de AMLO no están orientados para prevenir el delito ni para detonar la economía.
Cae el empleo de las mujeres
La pérdida de empleos durante los dos primeros meses de la contingencia, que según el Inegi redujo a la población ocupada en 12.3 millones de personas y el ingreso en 46% de la población que pudo continuar trabajando, derivó en 2,068 pesos mensuales, representa un desplome de 25.5% en términos reales respecto al observado en el primer trimestre de 2020, que fue 2,777 pesos mensuales.
Las mujeres han sido las más afectadas en cuanto al número de personas en condición de desempleo respecto a los hombres, por causa de la contingencia sanitaria del covid-19, sino también son las que reportan menor certeza de poder reincorporarse al mercado laboral una vez superada la contingencia.
La pobreza y el desempleo ha pegado más a las mujeres, 9.3 millones de ellas no tuvieron empleo durante el primer mes de la contingencia, según lo reportado. Seis millones 820 mil 802 reportaron ser ausentes sin tener la certeza de retornar a su trabajo o encontrar uno al término de la contingencia sanitaria, reporta INEGI.
Significa que 72.6% de las mujeres desempleadas, es decir poco más de siete de cada 10, afirmó que no necesariamente se podrán incorporar a actividades laborales una vez pasada la emergencia derivada de la pandemia.
El Inegi reportó que la tasa de desempleo ampliada, es decir la que considera a los desocupados que buscan un empleo (abiertos) y los que no lo buscan, pero están disponibles para trabajar (disfrazados), es 43.1% de la fuerza laboral potencial en las mujeres, casi el doble que 23.5% de los hombres.
Caen los ingresos públicos
Informó la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) que, ante la caída en los ingresos presupuestarios registrada en la primera mitad del año, el gobierno federal dispondrá en los próximos días de 119 mil 100 millones de pesos del Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios (FEIP), recursos que le dejaron ahorrados los gobiernos neoliberales, el año pasado sin crisis el gobierno de AMLO se gastó 120 mil millones de este fondo, este año se lo acabará.
En el primer semestre los ingresos presupuestarios del sector público cayeron 3.7 por ciento, se presentó́ un déficit de 293 mil 251 millones de pesos, que se compara con un desequilibrio de 119 mil 922 millones de pesos en el lapso comparable de 2019.
Perdidas en CFE y Pemex
La Comisión Federal de Electricidad (CFE) reportó pérdidas netas por 96 mil 781 millones de pesos en los últimos 12 meses (del 1º de julio de 2019 al 30 de junio de 2020), monto casi 2.5 veces más alto al gasto destinado al sector salud por el gobierno federal entre enero y mayo de este año, revelan cifras oficiales.
Por su parte, en el acumulado del primer semestre, Pemex perdió 606 mil 587 millones de pesos, 585.3% más que en el mismo periodo de 2019, cuando perdió 88 mil 509 millones de pesos.
Lo único que subió fue la deuda
La deuda neta total del sector público, que incluye la del gobierno, las empresas productivas del Estado y la banca de desarrollo, entre otras, se situó en 12 billones 335 mil 962 millones de pesos, lo que representó un aumento de 12.4 por ciento, comparado con el segundo trimestre de 2019, cuando se situó en 10 billones 965 mil 246.3 millones de pesos.