*“La escuela física no se reemplaza automáticamente con la escuela a distancia, porque la didáctica no se reduce a la tecnología ni la pedagogía a usar internet”; agregó el profesor investigador de la UdeC.
Ante la pandemia, que obligó al cierre de las instituciones educativas y a suspender la actividad presencial de más de un mil 215 millones de estudiantes en el mundo, dijo el profesor investigador de la Facultad de Telemática de la Universidad de Colima, Ricardo Acosta Díaz, “las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) cobraron auge como herramientas fundamentales para enfrentar los efectos de estos cierres y el confinamiento de millones de alumnos”
Destacó que, tan sólo en México, las instituciones educativas y el gobierno han acudido a una gran variedad de tecnologías para seguir brindando educación a más de 36 millones de niños y adultos en el país; sin embargo, advirtió, “la nueva oferta virtual enfrenta serias limitaciones, dificultades y cuestionamientos éticos, sobre todo en cuanto a la equidad del modelo debido a condicionantes como la clase social, raza, etnia, el género, la ubicación geográfica y el tipo de institución educativa a la que se pertenece”.
Esta serie de factores en su conjunto, añadió, configuran la llamada brecha digital, que se da entre quienes pueden aprovechar las TIC y quienes quedan excluidos de ellas, pues según encuestas realizadas en México sobre dicho tema, sólo el 45% de mexicanos cuenta con una computadora y 53% tiene acceso a internet en casa; “aún así, el acceso a internet es desigual, ya que más del 60% de los habitantes se encuentra en las áreas urbanas y el 40% en las zonas rurales, mientras que sólo un 4% de los residentes en zonas rurales cuenta con Internet en casa”.
El doctor Ricardo Acosta participó en el conversatorio “La formación doctoral: Retos y desafíos de la investigación científica hacia la nueva normalidad”, organizado de manera virtual por el Centro Latinoamericano de Investigación e Innovación Científica, el Instituto Universitario de las Américas y el Caribe y por la Fundación de Excelencia Académica.
Durante este encuentro, él y otros expertos de Latinoamérica reflexionaron sobre el uso de las TIC como mediadoras en diversos escenarios políticos, laborales, y en general de la comunicación, así como en la importancia de la actualización permanente, la mediación y el desarrollo tecnológico para la investigación, la docencia y la producción. Analizaron también el papel de estas tecnologías en la llamada nueva normalidad.
Al ahondar sobre el tema, el Ricardo Acosta señaló que el acceso a las TIC afecta a estudiantes desde el nivel preescolar hasta el universitario, determinando quiénes pueden acceder y aprender de la educación en línea, pues un 18% de los estudiantes universitarios no tiene acceso a dichos servicios y un 40% de estudiantes de nivel medio superior no tiene acceso a las TIC en su hogar.
Para aliviar esta brecha digital, detalló, se han implementado algunas estrategias por parte de diversas instituciones educativas, como la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), que anunció el pasado mes de abril la donación de 3 mil 865 tabletas equipadas con tarjetas de internet a alumnos en condición vulnerable. La UNAM, por su parte, ofreció a su comunidad internet más rápido de forma gratuita mediante un acuerdo con Teléfonos de México. Además, el programa Jóvenes Construyendo el Futuro realizó la donación de computadoras y celulares inteligentes a estudiantes de algunas universidades públicas; “sin embargo, tales programas sólo llegan a una pequeñísima parte de la población”.
Ante este panorama, destacó la necesidad de mayores apoyos para los profesores universitarios, de todos los niveles, en el diseño e impartición de clases en línea, en la definición de formas de calificar que no discriminen a quienes no cuentan con acceso a las TIC y tomar en cuenta otras desigualdades como la falta de dinero y alimentos, así como las demandas durante la cuarentena por cuidar a niños y otros familiares y el aumento en las labores de casa; “el verdadero reto está en encontrar la forma de llevar una educación de calidad a todos los hogares”.
Entrevistado luego de su participación en el conversatorio, el especialista señaló que una segunda brecha educativa se encuentra en el limitado desarrollo de las competencias para usar y aprovechar las tecnologías y medios de comunicación, ya que, entre otros aspectos, los programas públicos han obviado la necesidad de adecuar los planes de estudio al presente ecosistema mediático; “los planes de estudios deben reconocer la inclusión de las tecnologías y provocar procesos intelectuales y cognitivos distintos a los tradicionales”.
Finalmente, Ricardo Acosta enfatizó la idea de que, introducir tecnologías al aula debe estar más allá de pensarlas como un recurso didáctico, pues se trata de artilugios que potencian la productividad, la recreación cultural y la participación política y social en las sociedades contemporáneas; “la escuela física no se reemplaza automáticamente con la escuela a distancia, porque la didáctica no se reduce a la tecnología ni la pedagogía a usar internet. Son dos modalidades con lógicas y funcionamientos propios y eso siempre debe considerarse”.