Que en el gobierno de Jalisco tienen bien identificados a los grupos subversivos que quieren desestabilizar el mandato de Enrique Alfaro, entre quienes se cuenta también a Carlos Lomelí, el ex superdelegado de la 4T en la entidad que tiene abiertas siete denuncias por “conductas irregulares” ante la Secretaría de Función Pública. Dicen que aún no supera el golpe de haber sido relegado del cargo por el presidente Andrés Manuel López Obrador, por lo que ahora opera contra el mandatario con el apoyo de la también depuesta Yeidckol Polevnsky.
Que en otra historia de conspiraciones, alentada por aquellos que insisten en la renuncia del secretario de Seguridad de Ciudad de México, Omar García Harfuch, éste no solo no se va, sino que mantiene una fuerte relación profesional con la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, con quien se comprometió a castigar a los uniformados que atacaron el pasado viernes a una joven durante la protesta contra la violencia policiaca en México y EU. Ambos coinciden en que el uso de la fuerza tiene límites.
Que el embajador de EU en México, Christopher Landau, corrigió ayer a un sector de la prensa mexicana que quiso hacer pasar como “protesta” el “ataque” a la representación diplomática de Paseo de la Reforma, aunque sí reiteró su “profundo agradecimiento” a la policía y las autoridades de la capital del país por frenar la andanada de grupos de anarquistas violentos que lanzaron piedras y bombas molotov contra el inmueble.
Información: Milenio