*Desde el 2017, al menos 300 estudiantes de bachillerato de la Universidad de Colima han participado en este proyecto, capacitados de manera presencial por investigadores de alto nivel.
Alumnos y alumnas del Bachillerato 4 de la Universidad de Colima participaron estos días en una actividad promovida por el Dr. Kenneth Cecire, de la Universidad de Notre Dame, Estados Unidos, mediante la cual jóvenes de todo el mundo analizan una serie de eventos producidos en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en ingles) del Centro Europeo de Investigaciones Nucleares (CERN), conocidos como BAMC (Big Analysis of Muons in CMS – Gran análisis de muones en el CMS).
Kenneth Cecire es colaborador de un programa llamado QuarkNet, del Laboratorio Nacional Fermilab (con el que la UdeC tiene firmado un convenio de colaboración desde hace varios años), ubicado en Estados Unidos. Se trata de un programa dedicado a vincular diversas actividades de educación y comunicación de la ciencia que emanan de diferentes laboratorios y experimentos alrededor del mundo, en particular del LHC.
El LHC es el laboratorio de física de partículas (o de alta energías) más importante en el mundo. Debido a la enorme cantidad de datos que genera a diario, derivados de las colisiones que ahí se realizan, se hace necesario que muchas personas alrededor del mundo participen en su análisis. Ante esta necesidad, surgió la idea de promover el interés por la física de altas energías entre estudiantes de bachillerato de todo el planeta, a quienes se les invita y capacita para que puedan colaborar en el análisis de estos datos utilizando nociones elementales de física y matemáticas.
Esta actividad no es nueva para alumnas y alumnos de bachillerato de la UdeC, ya que desde el 2017 se creó el “Taller de Ciencias para el Nivel Medio Superior”, a instancias de la Coordinación General de Investigación Científica y se hizo un primer contacto con un programa de colaboración para el análisis de eventos ocurridos en el Gran Colisionador de Hadrones.
En este taller, investigadores de física de partículas imparten clases de alto nivel que se complementan con cursos de matemáticas impartidos por expertos. Para estimular a los estudiantes en estos desafíos, se invita a profesores de bachillerato y a un grupo de alumnos interesados en la física a que conozcan de manera básica el llamado “Modelo Estándar”, que describe cómo está constituida la materia que nos rodea o, en pocas palabras, de qué estamos hechos
Entienden, con estas explicaciones, que la mejor manera de averiguar de qué está constituida la materia es mediante experimentos realizados en aceleradores de partículas, que son equipos grandes, de frontera, que ayudan a avanzar no sólo el conocimiento sino también la tecnología.
En un acelerador de este tipo se producen choques de partículas subatómicas (protones, neutrones o electrones, entre otras) a velocidades cercanas a la de la luz en el vacío. Cuando estas partículas chocan, se genera una gran cantidad de energía en un volumen muy pequeño, que luego se vuelve a transformar (en parte) en otras partículas estudiadas a través de detectores, determinando su masa, su carga y la posible función que desempeñan dentro de la estructura de la materia.
Estas colisiones generan miles de millones de datos al día. Por tal motivo, se hace necesaria la participación de una gran comunidad de estudiantes que ayude al análisis de lo ocurrido durante este tipo de eventos. Por eso, desde el 2017, al menos 300 estudiantes de bachillerato de la Universidad de Colima han participado en este proyecto, capacitados de manera presencial por investigadores de alto nivel.
En febrero de este año, el Dr. Kenneth Cecire invitó de nuevo a la UdeC a que se sumara a este gran análisis de datos, tomando en cuenta la exitosa participación de años anteriores. Entonces, la Universidad convocó a los profesores del “Taller de Ciencias para el Nivel Medio Superior”, quienes a su vez difundieron el mensaje entre sus estudiantes.
La convocatoria fue atendida por los profesores del Bachillerato No. 4, Luis Cruz Márquez y Rogelio Delgado Alfaro, quienes a su vez capacitaron a cinco estudiantes para que hicieran un buen papel en este proyecto mundial. Los jóvenes analizaron, durante el tiempo que duró su participación, un total de 700 eventos asignados por parte del CMS (Compact Muon Solenoid), con énfasis en la identificación de los bosones W+, W-, Z y Higgs.
Los alumnos participantes fueron Julia Jimena Cabrera Morón y Renata Espinosa González (ambas del segundo semestre, con 50 eventos cada una), así como Christian Iván Navarro Cuellar Bachillerato, Uzziel Arturo Reynoso Estrada y Héctor Salvador Pizano Jiménez (del cuarto semestre, con 200 eventos analizados cada uno).
A Christian Navarro, quien ya había participado en 2019, le gustó más esta vez, “desde la preparación previa que tuvimos para estar lo suficientemente capacitados, hasta el análisis que realizamos. Al principio pensé que sería mucho y bastante tedioso, pero quedé con ganas de hacer más; en ningún momento me sentí enfadado, siempre me ha gustado aprender y llevar a cabo cosas nuevas y más aún si es relacionado con física y química”. Él agradeció a sus maestros, a los investigadores “y a quienes hicieron posible la participación de los alumnos en este gran proyecto”.
Julia Cabrera, por su parte, dijo que le emocionó saber que estaría involucrada con estos experimentos mundiales; “me pareció una oportunidad inigualable y claro, acepté de inmediato. Para ser sincera, al inicio estaba muy nerviosa porque, a pesar de que el tema es de mi interés, no estaba muy familiarizada con él, pero gracias a las explicaciones tan claras y estructuradas de los científicos, fui capaz de entender, en la mediada de lo posible, el contenido que se nos fue compartido. Es increíble pensar que puse mi granito de arena en una investigación tan importante; me siento gratamente agradecida por todo lo que me dejó esta experiencia”.
Renata Espinosa definió como indescriptible su participación en este proyecto de alcances mundiales; “haber escuchado las explicaciones de científicos tan inmersos y apasionados en el campo me permitió una mejor comprensión, a pesar de la complejidad de los temas. También me despertó una gran curiosidad y muchas interrogantes que jamás me habría planteado de otra forma. Fue una experiencia emocionante, ya que además de tener una pequeña contribución en una investigación tan interesante, fue la oportunidad perfecta para dimensionar los conceptos y generar una idea más cercana a la realidad sobre los experimentos que se realizan en ese lugar”.
Por último, Héctor Pizano, quien participó también por segunda vez, comentó que esta ocasión fue “más gratificante. A decir verdad, la física no era algo que me gustaba, ya que mi primer acercamiento con ella no fue del todo placentera, en parte también por el sistema educativo y su bajo nivel, pero conforme te vas adentrando y te das cuenta que ‘no todos los días son malos’, entonces te interesas más, y eso fue lo que me ocurrió; espero que al haber participado y agregado un grano de arena más a este mar del saber, se pueda progresar en la dirección correcta y descubrir las maravillosas complejidades que están listas y ansiosas por ser descubiertas”.
Los jóvenes y sus maestros realizaron este trabajo de manera independiente a sus clases y las actividades marcadas por el Programa de Continuidad Académica de la UdeC.