*El nuevo laboratorio para detectar el virus que causa el COVID-19 fue diseñado sólo
para recibir las muestras que le envíen los hospitales privados y públicos.
Poner en marcha un laboratorio para detectar en distintas muestras la presencia
del virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19, no es tarea fácil ni de
una sola persona, sino de todo un grupo de investigadores y del apoyo de una institución
como la Universidad de Colima, comentaron en entrevista Alfredo Aranda Fernández,
coordinador general de Investigación Científica y Juan Carlos Vargas Lepe, coordinador
general Administrativo y Financiero.
Desde marzo, relataron, cuando se analizaba lo que la Universidad podía hacer
para ayudar lo más posible y contribuir a nivel nacional, surgió la idea del laboratorio.
Fue Juan Carlos Vargas quien preguntó si la institución estaba en condiciones de
analizar muestras para detectar el virus que genera el COVID-19. Luego de varias
consultas con científicos de la institución, Alfredo Aranda dijo que sí, que incluso había
una persona interesada, el biólogo celular Luis Alberto Castro Sánchez, quien ahora está
a cargo del lugar.
El principal problema fue el económico; los equipos para detectar este tipo de
virus son muy caros, así que varios científicos de la institución prestaron sus
dispositivos para armar este Laboratorio de Diagnóstico Molecular, porque todos
coincidieron que ante una situación como la que se está viviendo, más que el dinero o
los equipos, importa la salud.
Una vez armado buscaron la acreditación del Instituto de Diagnóstico y
Referencia Epidemiológicos (InDRE). Para lograr la certificación recibieron un control
positivo por parte del Laboratorio de Biotecnología de la UNAM. Lo analizaron y
entregaron el reporte. Luego, en la UNAM verificaron que lo hecho en Colima
correspondía al resultado esperado y fue así que ellos autorizaron el resultado y
mandaron el reporte al InDRE.
Desde que se supo que el laboratorio estaba listo, dijo Juan Carlos Vargas, la
gente ha llamado para ver dónde se hace el análisis y cuánto cuesta, incluso gente de
Jalisco y Michoacán, pero es necesario decirles, aclaró, que la Universidad de Colima
no va a tomar muestras, que ésas las tiene que hacer un hospital privado o una
institución de salud oficial; “aquí sólo se analizarán las muestras que nos manden y
tampoco vamos a dar información de cuántos sí y cuántos no tienen el virus”.
Este laboratorio cuenta también, dijo Alfredo Aranda, con todas las medidas de
bioseguridad recomendadas para estos espacios, que garantizan la ausencia de contagio
hacia el exterior.
Su gran ventaja es la reducción de tiempos y tal vez de costos. Aunque la
muestra se analiza en tres o cuatro horas, dicen, debe considerarse el tiempo que pasa
desde que a alguien le toman una muestra y ésta se traslada al laboratorio, se le realiza
la prueba y se hace el registro para informar al sector salud, hasta que se manda el
resultado al hospital donde se tomó la muestra y donde se le dará dicho resultado al
paciente. La idea es que la gente tenga el resultado en un plazo de 24 horas.
La prueba que se aplicará en este laboratorio es de RT-PCR (reacción en cadena
de la polimerasa con transcriptasa inversa), que es por ahora, aseguró Alfredo Aranda,
una de las más precisas, “es la valorada oficialmente y la que se utiliza más. No es la
más rápida, sino la más precisa para determinar si eres positivo o no y está avalada por
la instancia oficial en el país”.
Para Alfredo Aranda, “la mejor manera en que la Universidad puede contribuir
en este momento es poner a disposición del estado y los hospitales privados el
laboratorio. En realidad eso es lo más importante. La toma de muestras la puede hacer
casi cualquiera con un entrenamiento, pero para analizarlas se requiere equipo y
personal muy especializado, que ése sí no lo puedes preparar fácilmente”.
En lo que se está trabajando ahorita, una vez que se dio a conocer la noticia de la
puesta en marcha del laboratorio, es en los protocolos para transportar y entregar las
pruebas al laboratorio. Esto se está viendo con los hospitales, dijo Alfredo Aranda,
“porque también eso se tiene que certificar, seguir ciertos esquemas. Los hospitales
deben saber lo que tienen que hacer para tomar las pruebas. Aquí también hay un
protocolo del InDRE”.
Una vez superado este tema, esperan en dos semanas más estar trabajando las 24
horas del día, aunque desde ya pueden hacerse pruebas en el laboratorio; “hay que
cumplir –dijo Juan Carlos Vargas–, con un protocolo que no determina la Universidad y
que se tiene que acatar”. Vargas Lepe adelantó que se cobraría al menos el costo de los
insumos, porque el material que se necesita para hacer las pruebas es bastante elevado.
Alfredo Aranda adelantó que los investigadores de la Universidad trabajan
también en otros temas relacionados, como buscar las maneras de hacer estas pruebas,
pero más baratas. Eso está en proceso de investigación. También hacen investigaciones
para identificar si alguien ya tiene los anticuerpos, si ya le dio COVID-19 y ni siquiera
lo supo, “que es un porcentaje grande de las personas infectadas. Es útil saber si ya te
dio, porque entonces puedes salir con confianza a trabajar en un hospital o en otra parte,
cuidándote sólo de no contagiar”.
El coordinador general de Investigación Científica dijo que es importante la
inversión en un espacio físico, en equipo, pero también la inversión humana, “que ésa sí
no la tiene nadie y no la puedes comprar tan fácil”. Aunque la inversión es elevada,
complementó Juan Carlos Vargas, “vale la pena si se trata de salvar vidas; eso es lo más
importante”.
Vargas Lepe destacó que la Universidad “está haciendo un gran esfuerzo para,
con los pocos recursos que tiene, apoyar a la sociedad. El rector siempre ha manejado el
tema de responsabilidad social; creo que nos lo ha inculcado a todos, y en esa parte no
hay forma de hacer un cálculo monetario de lo que se está haciendo; lo que nos
corresponde es seguir apoyando a la sociedad”.
Alfredo Aranda añadió que los investigadores, en situaciones como las que
estamos viviendo, “siempre han querido contribuir desde sus trincheras y disciplinas. La
UdeC está participando siempre en todas sus manifestaciones y con todos sus recursos,
sobre todo los humanos, que son los más importantes, contribuyendo y generando
soluciones”. Porque lo importante, dijo, además de cuidar la salud de la comunidad, es
contribuir con el trabajo científico a enriquecer los modelos de predicción del rumbo de
ésta y otras enfermedades, para que entonces los responsables de hacerlo puedan tomar
mejores decisiones.
Finalmente, Juan Carlos Vargas reconoció y felicitó a los científicos “por el gran
apoyo que han venido ofreciendo en todas las áreas, no sólo en salud; es increíble cómo
buscan el recurso. Todo mundo sabe que hay muy pocos apoyos federales o estatales, y
es bien importante que se dé a conocer que ellos siempre están buscando los recursos
para seguir con sus proyectos de investigación. Eso hay que reconocerlo y mencionarlo,
porque muchos no saben la calidad y el tipo de investigadores que tenemos”.