*El Museo Regional de Historia de Colima reproduce en sus redes sociales para que los niños armen cubre bocas y máscaras durante los días de confinamiento.
Alfredo Quiles Cabrera
Dos aves en combate o posiblemente bailando, que entre los años 1000 d.C. y 1500 d.C., indígenas del Valle de Colima tallaron en piedra o la representación de Cipactli, deidad creadora de la Tierra, con 18 cuerpos unidos por una boca devoradora, son algunas imágenes prehispánicas que el Museo Regional de Historia de Colima reproduce en sus redes sociales para que los niños armen cubrebocas y máscaras durante los días de confinamiento.
“Los cubrebocas tienen los cuatro elementos: agua, fuego, tierra y aire. Además, pondremos las fotografías de los sitios de donde estamos sacando dichos gráficos prehispánicos”, señaló Fernando Rodríguez García, director del museo en información que reproduce el periódico Cronica.
Desde la página de Facebook (@museodehistoriadecolima), el recinto ofrece las instrucciones de cómo los niños, acompañados de sus padres, pueden hacer sus cubrebocas con estética prehispánica.
“Por ejemplo, tenemos en el Museo un incensario de un metro de alto con 60 centímetros de ancho con toda la alusión al dios fuego, entonces en el pasado cuando los indígenas le ponían leña al rojo vivo se veía de manera impactante al dios fuego. Los elementos que aparecen en el incensario los hicimos en dibujo para después vectorizarlo en computadora”, destacó Rodríguez García.
En la planilla para recortar y decorar se explica que el fuego se consideraba como elemento purificador y de fuerza espiritual, esencial durante los rituales porque se le concebía como regenerador del mundo.
Otra figura para crear cubrebocas es la representación del aire relacionada al dios Ehécatl, en donde se observan dos aves viéndose de frente. “El viento solía tener un lugar sobresaliente en las antiguas sociedades mesoamericanas, ya que ocasionaba el movimiento de otros elementos naturales como las nubes y el agua”, se detalla en la planilla.
Sobre las máscaras armables, Rodríguez García dijo que seleccionaron cuatro imágenes de dioses mesoamericanos: Tláloc, Ehécatl, Huehuetéotl y Cipactli.
“A través de la historia se puede observar o se ha visto que el sustento que estamos haciendo de las máscaras es porque nuestros indígenas prehispánicos se ponían máscaras para ser el guerrero águila o el guerrero jaguar, entonces cuando había un ritual, usaban máscaras, lo mismo cuando tenían que salir a un combate”.
Estas máscaras pueden proteger a nuestros niños y ayudarles a sentirse identificados, poderosos, guerreros, que sientan que pueden salir de esta batalla, de esta contingencia de nivel mundial, agregó el director del museo.
Con esta actividad —que se enmarca en el programa federal Contigo a la distancia—, se busca que los niños se interesen por la historia antigua del país.
“Es sembrar una semilla de interés en los niños para que vean cómo es que había dioses, por qué había una creencia y eso es una cuestión de aprendizaje. En el caso de Cipactli puede llamarles la atención porque se relaciona con medio ambiente, es importante ver cómo nuestros prehispánicos tenían la creencia de que toda la naturaleza era una forma de creencia integradora, que nosotros formamos parte de algo y no tenemos que controlarlo. Era un orgullo pertenecer a la Madre Tierra”, expresó.