Por Vladimir Parra Barragán
Nuestro estado atraviesa una situación financiera muy preocupante, en gran medida por la cantidad de deuda que fue adquirida de manera irresponsable por actores políticos como gobernadores y diputados de pasadas administraciones y periodos, que nunca le dieron importancia a las consecuencias que ello traería, cegados por el modelo neoliberal que les enseñaron sus referentes, dictados provenientes del extranjero.
Lo que ocurre actualmente en el caso del Ex Gobernador Mario Anguiano Moreno y la sentencia emitida en su contra por el poder judicial en donde se le impone una multa por 515 millones y la inhabilitación para ocupar cargos públicos por 14 años, siendo culpable de dañar la hacienda pública estatal tras adquirir un crédito lleno de irregularidades, es sin duda un avance, pero de ninguna manera nuestros esfuerzos por construir un Colima justo y digno terminan con esa acción, aún queda mucho por recorrer.
No obstante, para poder avanzar en la consolidación de un estado más transparente, donde la justicia sea cosa de todos los días y donde ya no permitamos más atracos al erario público, debemos primero identificar las razones y las causantes que nos llevaron a esta situación financiera preocupante.
Revisando la información pública disponible en el INEGI referente a las cuentas públicas y la evolución de la deuda en nuestro estado, podemos darnos cuenta de cuánta irresponsabilidad hubo en este y en los gobiernos anteriores.
Por ejemplo, en el periodo de Elías Zamora Verduzco (1989-1992), cuando el neoliberalismo ya había sido implementado en México, aumentó la deuda pública en un 368%, ya que recibió su administración con 1 millón, 740 mil, 168 pesos y para su último año como Gobernador, el monto ascendió a 7 millones, 965 mil, 182 pesos.
Con Carlos de la Madrid, la deuda siguió aumentando, ya que, en el primer año de su mandato, el monto alcanzaba los 10 millones, 111 mil, 117 pesos y para el final de su administración era de 95 millones, 282 mil, 982 pesos, es decir, un 842% de aumento respecto de su inicio de sexenio, cifra alarmante.
En el caso de Fernando Moreno Peña, desde su primer año ya registraba un aumento en el monto de la deuda con respecto a su antecesor, llegando hasta los 109 millones, 920 mil, 299 pesos.
En el periodo comprendido entre 2004 y 2008, cuando tuvimos 3 gobernadores (Gustavo Vázquez, Arnoldo Ochoa como interino y Silverio Cavazos) se volvió a disparar la deuda pública, registrando un aumento del 344%, puesto que inició ese sexenio con un adeudo de 167 millones, 708 mil, 003 pesos, que al final aumentó a 744 millones 552 mil 378 pesos.
El peor de los casos en la evolución de la deuda, en donde se cometió la mayor irresponsabilidad fue en el gobierno de Mario Anguiano, que inició su sexenio con una deuda de 190 millones, 919 mil 410 pesos y terminó entre el escándalo cuando adquirió su último crédito, lo que llevó a sumar un total de 1 mil 844 millones, 476 mil 766 pesos, representando un aumento de 866% respecto del monto al inicio de su sexenio.
En lo que va de este sexenio de José Ignacio Peralta Sánchez y de acuerdo a la información de las últimas cuentas públicas, el monto de la Deuda Pública Directa se encuentra por encima de los 2 mil 700 millones de pesos.
Con ese recuento, podemos ver claramente que nuestro estado ha sido víctima de la irresponsable administración de todos los gobiernos anteriores, desde Elías Zamora hasta la administración actual.
No debemos pasar por alto toda esta información, no debemos olvidar que nuestra historia está marcada por el saqueo de recursos públicos que han hecho unos cuantos. Pero también, estamos ante un nuevo proceso de cambio que estamos construyendo todas y todas de manera diaria. Mientras sigamos por ese camino, lograremos recuperarnos de la debacle a las que nos orillaron los gobiernos neoliberales, que primero pensaban en el dinero, sus negocios y sus ganancias, antes que el bienestar del pueblo.