Al menos cinco personas han muerto a causa de la erupción este lunes del volcán Whakaari, en una isla deshabitada al noreste de Nueva Zelanda donde se encontraban medio centenar de turistas.
“Debido al alto riesgo, los equipos de emergencia no pueden acceder a la isla (…) que permanece inestable y con posibilidad de nuevas erupciones”, apuntó el vicecomisionado de Operaciones Nacionales de la Policía, John Tims, en rueda de prensa.
El oficial indicó que los muertos son parte de las 23 personas de “varias nacionalidades” que fueron rescatadas de la isla y que se encontraban en ella en el momento de la erupción.
Otros supervivientes fueron trasladados e ingresados en hospitales para tratar sus lesiones, en su mayoría quemaduras, aunque no se ha precisado el número de heridos.
La erupción ocurrió a primera hora de la tarde del lunes con la expulsión de rocas y una gran nube de ceniza sobre la isla de Whakaari, también conocida como White Island y que se encuentra a 48 kilómetros al este de la Isla Norte.
Un grupo de excursionistas se encontraba cerca del cráter minutos antes de la erupción, según imágenes de una cámara de seguimiento instalada en la zona.
Las autoridades cifraron en menos de 50 el número de turistas neozelandeses y extranjeros que se encontraban en la isla en el momento de la explosión, y revelan que todavía hay un número indeterminado de “personas sin localizar”.
AVIÓN EN BUSCA DE SUPERVIVIENTES
El Ejército de Nueva Zelanda sobrevoló en un avión de reconocimiento Orion el terreno en tareas de búsqueda de posibles supervivientes.
“Con la información que tenemos, no creemos que haya ningún supervivientes en la isla”, indicó la Policía tras realizar el vuelo sobre la isla.
Michael Schade, uno de los turistas testigos de la erupción, narró en la red social Twitter a través de varios vídeos cómo el barco en el que viajaba había zarpado de la isla minutos antes de la explosión.
En las imágenes se aprecia la enorme columna de humo, que según los expertos alcanzó los tres mil metros de altura, que sale desde la caldera mientras varias personas son rescatadas desde un pequeño muelle de la ínsula volcánica cubierta por un manto grisaceo.
“Esperamos quemaduras, problemas respiratorios, lesiones en la cabeza, fracturas de huesos por el impacto de rocas”, entre otras lesiones, describió a la emisora Newstalk ZB el director de operaciones de St John, Norma Lane.
ALERTA ANTE POSIBLES ERUPCIONES
La Agencia Nacional de Respuesta a Emergencia emitió una alerta ante posibles nuevas erupciones o actividad sísmica moderada.
Las autoridades neozelandesas establecieron un perímetro de seguridad y la cancelación inmediata de todas las excursiones, incluidas los barcos turísticos, alrededor de la isla, visitada cada año por unas 10 mil personas.
El pasado día 3 de diciembre, el grupo de control de actividad geológica GeoNet advirtió que el volcán Whakaari “entró en un periodo de actividad eruptiva”, aunque precisó que la situación “no representa un peligro directo para los visitantes”.
La mandataria neozelandesa, por su parte, indicó este lunes que se revisarán los protocolos de emergencia y la actividad turística alrededor del volcán, que en 1914 tuvo una erupción que causó 12 muertos.
Con información de EFE y López Dóriga.