*Es una combinación de fotografía, escultura, artesanía y música, para manifestar su visión de un Colima en movimiento, un Colima que evoluciona.
Con una noche llena de brío en la Pinacoteca Universitaria, se celebró entre pan, tuba y café una noche de arte multidisciplinario: “Ausencias vitales”, el resultado del proceso que a lo largo de un año la creadora Zeydel Bernal trabajó gracias al Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico 2018 (PECDA), que convocó la Secretaría de Cultura de Colima.
Carlos Ramírez, secretario de Cultura; Fernando Macedo, coordinador general de Extensión en representación del rector José Eduardo Martínez Nava y Carlos Hernández, responsable de ese recinto, dieron la bienvenida a las decenas de invitados que asistieron a la cita en días pasados, para la inauguración de dicha muestra artística.
La exposición constó de una serie de piezas que la también poeta Zeydel Bernal combinó con la fotografía, escultura, artesanía e incluso la música para manifestar su visión de un Colima en movimiento, un Colima que junto con ella evoluciona al paso del tiempo; un Colima que comienza a desaparecer.
Bajo la premisa de que “todo cambia, nada permanece igual”, la artista mostró su agradecimiento a la ciudad que ha sido su hogar desde 1981, año en que llegó junto con su familia a esta ciudad de palmeras y equipales.
“Ausencias vitales”, dijo la expositora, es un espacio de memoria que retoma el pasado y se vincula con la realidad actual: “Es un testimonio que, bajo el auspicio del arte, se duele y se conduele por lo arrebatado, y da, crea”, comentó
De manera enfática, la poeta mostró su agradecimiento a las autoridades y a las instituciones que hicieron posible su proceso creativo, destacando “la co-creación con estudiantes de la Facultad de Medicina, equipaleros, tejedores, una maestra en educación, una fotógrafa, poetas y artistas visuales que fueron más allá de sus trabajos para visibilizar el deseo de contribuir a mejorar nuestro tejido social”.
Asimismo, Carlos Ramírez Vuelvas felicitó la iniciativa de la autora por incentivar el proceso colaborativo en favor de la cultura y la sociedad, y Fernando Macedo Cruz destacó que el proceso de montaje y curaduría de “Ausencias vitales” había sido complejo, pero satisfactorio.