*“Esto significa que nueve aspirantes de cada diez se quedaron”, con la tasa más alta de aceptación en bachillerato, después en licenciatura, con un 74 por ciento, y por último en posgrado, con el 71 por ciento: Eduardo Monroy.
Para el ciclo escolar 2019-2020, la Universidad de Colima incorporó a 9 mil 171 nuevos alumnos, lo que representa una tasa de aceptación global del 88.5 por ciento. Del total de aceptados, 5 mil 200 son de nivel medio superior, 3 mil 800 de licenciatura y 171 de posgrado.
Si se suma esta cantidad a los 19 mil 029 alumnos de reingreso, la matrícula total de la Universidad de Colima sería de 28 mil 200 estudiantes, cifra similar a la del año pasado, incluso cuando se registraron 959 aspirantes menos al proceso de admisión (730 para bachillerato y 229 para posgrado). En porcentaje, el 53.1 por ciento de los aceptados son de nivel medio superior, el 45.4 de licenciatura y el 1.5 por ciento de posgrado.
En entrevista, Carlos Eduardo Monroy Galindo, coordinador general de Docencia de la UdeC, informó que este año la institución ofreció un total de 9 mil 058 espacios, de los cuales 5 mil 400 fueron para bachillerato, 3 mil 450 para licenciatura y el resto para posgrado, esto en los 35 programas de bachillerato (incluyendo el Técnico en Música y el Técnico Profesional en Enfermería), los 66 programas de licenciatura y en los 21 de posgrado.
Igual que en otros procesos de admisión, dijo, este año los bachilleratos con más demanda fueron el 4, el 1, 2 y el 16; en licenciatura, las carreras más solicitadas fueron Medicina, Derecho, Negocios Internacionales, Químico Farmacobiólogo, Nutrición, Enfermería, Arquitectura y Diseño Gráfico.
Al hablar de los 9 mil 171 aceptados, Monroy Galindo dijo que “esto representa más de lo que se ofreció en espacios para este año, por lo que fue necesario abrir nuevos espacios en carreras como Ingeniero Agrónomo y Negocios Internacionales, y otros en los bachilleratos de la zona conurbada, lo que implica no sólo habilitar espacios, sino tener además el personal suficiente para atender esos nuevos grupos”.
En bachillerato, explicó, los aspirantes eligieron cinco opciones en las que quisieran quedar dependiendo de sus resultados; aquí, el criterio de aceptación fue exclusivamente el examen Ceneval. En cambio, para la licenciatura fue el examen Ceneval más el promedio que los jóvenes traían de bachillerato.
En cobertura, resaltó el porcentaje para toda la Universidad del 88.5 por ciento, “lo que significa que nueve aspirantes de cada diez se quedaron”, con la tasa más alta de aceptación en bachillerato, después en licenciatura, con un 74 por ciento, y por último en posgrado, con el 71 por ciento.
Para el coordinador general de Docencia, el proceso de este 2019 “fue más tranquilo; lo que la gente quiere es un espacio y la sociedad sabe que las puertas de la Universidad de Colima están abiertas para atenderlos; además, se está atendiendo a la gente que lo solicita para que utilice todos los espacios disponibles. Siempre ha sido un proceso transparente”.
Comentó que, para este ciclo, el modelo educativo puesto en marcha en el 2014 requiere ir actualizando los programas, “por lo que para este año se actualizaron varios programas, unos más se reestructuraron y se crearon otros nuevos, como en el caso de Biología, Música, Educación Especial, Ingeniero en Química Metalúrgica e Ingeniero Mecánica Electricista.
Además, dijo, se reestructuraron varios programas para dar origen a los de Gestión y Reducción del Riesgo a Desastres, Ingeniero en Tecnologías de Internet, e Ingeniero en Computación Inteligente.
Por último, Monroy Galindo señaló que el mayor reto en este nuevo ciclo, para la Universidad de Colima, “tiene que ver más que nada con la nueva política nacional, ya que hay una nueva Reforma Educativa que implica, entre otras cosas, la creación de una Ley General de Educación Superior que antes no existía”.
Eso implica, añadió, “que la educación superior se volverá gratuita, no de golpe sino de manera gradual, ya que el gobierno federal tendrá la obligación de poner el dinero que deberían pagar los estudiantes en las instituciones públicas, por lo que necesitamos modificar nuestro sistema de admisión, ya que al ser gratuita la educación superior, mucha gente va a querer estudiar, y eso representará para la Universidad un nuevo reto en la creación de espacios para más alumnos”.
Agregó, por último, que también hay una política para retener a los estudiantes lo más que se pueda, para que no abandonen sus estudoos, “por lo que debemos reforzar estrategias de tutoría, asesoría académica, apoyo bibliotecario y acompañamiento a los estudiantes que estén en riesgo. Todo eso implica mucho trabajo, porque es atender más a los estudiantes con lo mismo que se tiene, por lo que la UdeC necesita acoplarse a las nuevas políticas nacionales y tiene que hacerlo rápido”.