*El investigador Uriel López Lemus explicó por qué es importante que el personal de salud esté bien capacitado en caso de que haya brotes del Ébola o de agentes peligrosos a nivel mundial.
La enfermedad por el virus del Ébola se ha convertido en una de las más mortales de los últimos años. El brote de 2013-2014 en África occidental registró el mayor número de decesos desde que se descubrió el virus, en 1976. Además, desde el año pasado ha resurgido con fuerza, sobre todo en la República Democrática del Congo. ¿Pero porque esta enfermedad es tan severa?, ¿cómo se transmitió de animales a humanos?, ¿cómo se transmite entre humanos? y ¿por qué es importante su prevención?
El investigador de la Universidad de Colima, Uriel Alejandro López Lemus, quien se enfoca en el estudio de las enfermedades infecciosas, explicó en entrevista que este virus es un agente biológico perteneciente al grupo de riesgo cuatro y afecta a distintos órganos vitales, lo que lo convierte en un agente viral de alta peligrosidad.
La enfermedad por el virus del Ébola, dice la Organización Mundial de la Salud (OMS), antes llamada fiebre hemorrágica del Ébola, “es una enfermedad grave, a menudo fatal, con una tasa de letalidad de hasta 90%, causada por el virus del Ébola, que integra la familia de los filovirus”. ¿Pero cómo se transmite este virus del murciélago al humano?
El Ébola, explicó el investigador universitario, es un virus originario de África que existe de manera natural en el murciélago; es decir, esta especie lo hospeda, y aunque no desarrolla la enfermedad, sí puede transmitirla.
“Se puede transmitir por dos vías: cuando el ganado ingiere fruta previamente mordida por el murciélago o por la estrecha interacción entre animales infectados y la población en general. En el caso de la transmisión entre humanos, se da por contacto directo con fluidos biológicos como saliva o sangre; sin embargo, las primeras infecciones que se dieron en África ocurrieron por el uso de jeringas contaminadas”, precisó.
Por ello, dijo, “es importante que se generen mecanismos de prevención efectivos para combatir de manera eficiente y oportuna brotes emergentes de Ébola o de otro agente biológico de alta peligrosidad, principalmente en entidades de primera respuesta del sector salud, tal como hospitales centrales y unidades médicas distribuidas en zonas rurales y urbanas”.
“Los virus son impredecibles, rompen fronteras, y si no contamos con un sistema de salud efectivo, lo más probable es que no se pueda dar una respuesta oportuna ante una emergencia sanitaria de alta peligrosidad. Por ello, es muy importante promover programas formativos que permitan a los profesionales de la salud responder de manera apropiada y efectiva ante una emergencia”, agregó el académico.
Uriel Alejandro López puso como ejemplo la pandemia de influenza H1N1: “Cuando hay una emergencia de esta naturaleza, lo primero que impacta es el pánico colectivo. La emergencia de nuevas cepas pone a prueba las capacidades de las entidades del sector salud y académicas. En este caso, los profesionales y la población en general utilizaban cubrebocas que no eran funcionales para este tipo de infección, y además los precios de éstos se dispararon y agotaron”. En este tipo de casos, enfatizó, “si no se tiene una estrategia o un mayor conocimiento del virus, pueden realizarse acciones no efectivas que podrían poner en riesgo incluso al propio personal de salud”.
Otro ejemplo es el brote de Ébola en África Occidental en 2013-2014, que puso en evidencia la incapacidad de la comunidad internacional para responder de manera efectiva ante emergencias de escala global. El objetivo de la prevención, dijo López Lemus, “es no crear pánico colectivo sino promover el desarrollo de capacidades de respuesta inmediata”.
En este mismo tema, expuso que hay investigadores que se enfocan en el desarrollo de vacunas: “En lo particular, he participado en el desarrollo de agentes terapéuticos mediante sistemas genéticos avanzados en colaboración con instituciones extranjeras; sin embargo, para llevar a cabo este tipo de investigaciones se requiere de personal altamente calificado y de infraestructura especializada. En este sentido, la bioseguridad o seguridad biológica permite garantizar el bienestar del personal, instalaciones y entorno”, finalizó.
Como parte de su formación, el investigador cuenta con dos postdoctorados en Estados Unidos. Concluyó su formación gerencial en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard y ha tenido la oportunidad de participar en programas de salud a nivel federal. Actualmente participa en la ONU fomentando el empleo de la ciencia y tecnología para enfrentar amenazas biológicas emergentes.