*En últimos dos años, 15 de ellas se han reinsertado a la sociedad, señala la Secretaría de Salud
Durante los últimos dos años, 15 mujeres que recibieron tratamiento en la Clínica de Atención Residencial de las Adicciones (CARA) femenil de la Secretaría de Salud y Bienestar Social del Gobierno del Estado, han logrado su rehabilitación psicosocial y se han reinsertado con éxito a la sociedad.
La dirección de CARA femenil de Manzanillo, informa que en 2017 se tuvieron 10 casos de éxito de pacientes que terminaron satisfactoriamente su tratamiento y seguimiento de un año; mientras que en 2018 se registraron cinco y en lo que va de este año se ha tenido la rehabilitación de una paciente.
En los casos de éxito, es fundamental el apego a la familia de las pacientes, la cual se incorpora a la terapia individual y familiar; si no hay apoyo de la familia, el 80-90% de las pacientes tienen recaídas.
La dirección de CARA femenil señala que actualmente atiende a ocho pacientes, cifra que ha aumentado en 2% en los últimos tres años, aunque tiene una capacidad de 20 camas para las mujeres que se internen para su tratamiento.
Cabe mencionar que el principal requisito para ingresar a la clínica, es que la persona tenga la voluntad de rehabilitarse, aun cuando existen otros criterios de inclusión como el que la usuaria no venga bajo el efecto psicótico agudo secundario a la intoxicación por droga.
Cuando esto sucede, se envía a un servicio de urgencias para revisar que no tenga alguna complicación orgánica y después se hace una valoración médica y psicológica para decidir su ingreso.
Además, se cuenta con un equipo interdisciplinario, por el cual se otorgan los servicios médicos, de enfermería, psicología y trabajo social, así como un área de terapia ocupacional con voluntarios externos que acuden a impartir talleres y diversos grupos de ayuda mutua, principalmente de Alcohólicos Anónimos y de espiritualidad.
El tratamiento dura tres meses y medio, de los cuales, se distribuyen en las etapas de ingreso (15 días), de progreso (2 meses) y de egreso, en donde las usuarias tienen un desprendimiento gradual y salen al exterior, para después regresar y valorar cómo ha funcionado el tratamiento.