*Como parte del Ciclo de Cine Científico que realiza la Facultad de Ciencias en el Museo de Antropología e Historia, comentaron la película “A beautiful mind”.
El Ciclo de Cine Científico que organiza la Universidad de Colima proyectó esta semana, en el Museo Regional de Historia la película “A beautiful mind”, la cual narra la vida del matemático John Nash como estudiante de la Universidad de Princeton, etapa en la que comenzó a desarrollar esquizofrenia paranoica. La trama se centra en la enfermedad de Nash y los problemas que se originan a su alrededor.
La película, dirigida por Ron Howard, “aborda cómo Nash descubre que tiene un problema y cómo lo enfrenta; incluso se da cuenta de que sus alucinaciones se presentan cuando está estresado, y comienza a distinguir entre lo real y lo imaginario”, comentó el matemático Ricardo Sanz, quien compartió con los asistentes algunas anécdotas sobre este personaje durante su estancia doctoral en la Universidad de Princeton.
De hecho, dijo, “se supone que las alucinaciones que aparecen en la película, en realidad sólo eran voces que escuchaba”. La trama cuenta que él siente que le implantaron un chip con un isótopo de Radio, pero que no traía nada cuando lo verificó. Entonces le dice a su esposa que nada de lo que ve es real y acepta someterse a todo tipo de tratamientos que, si bien no le quitaban las alucinaciones, lo tranquilizaban y aprendió a vivir con ellas.
En algún momento, estas voces le decían cosas tan contradictorias como que “se habían desilusionado de sus alucinaciones”. El experto dijo que este personaje “aprendió a distinguir entre lo real y las alucinaciones, y eso es un triunfo de la razón humana”.
El académico compartió que uno de los trabajos más importantes de John Nash es “El equilibrio de Nash, el cual pertenece a la Teoría de Juegos. Dicho trabajo concluye que bajo ciertas condiciones todo juego tiene un punto de equilibrio, el ejemplo típico es el dilema del prisionero”.
Su trabajo, continuó el experto, “no tuvo mucha relevancia durante algún tiempo, pero en los cincuenta tomaron el trabajo los economistas y ya para los 80 había personas muy destacadas que habían utilizado el equilibrio de Nash. Por lo tanto, empezaron a pensar en otorgarle el Premio Nobel”.
Entre las anécdotas que recuerda Ricardo Sanz de este personaje, durante su propia estancia en Princeton, es que “Nash se obsesionaba con un problema; era muy estricto, hasta que no lo resolvía pasaba a otro, lo que lo hacía un buen matemático. A las 3:30 de la tarde, en su departamento siempre servían café con galletas y nadie faltaba; ahí se lo podía ver. Sin duda fue una pieza importante para esta universidad”.
Nash también recibió el Premio Abel, que se entrega a los Matemáticos, así como otros reconocimientos.
Las coordinaciones generales de Extensión e Investigación Científica, a través de la Facultad de Ciencias, invitan a los estudiantes a la próxima proyección, que se realizará en la Sala de Cine de este museo el 8 de mayo a las 16:00 horas, con la película “Proof”.