Esthefany Gpe Guitierrez Hernández quien se desempeña como docente en la primaria Virginia Abigail Garza López, ubicada en Matamoros, Tamulipas compartió a través de su cuenta de Facebook, una hermosa experiencia que tuvo con uno de sus alumnos.
La profesora explicó cómo había sido sorprendida gratamente por uno de sus alumnos cuando, cerca de la fecha a su cumpleaños el niño la abordó para comentarle que deseaba darle un regalo pero no tenía el dinero para hacerlo. Ante la confesión del niño, ella se limitó a decirle que agradecía su buena intención pero que no tenía esa obligación y que no se preocupara.
Sin embargo, el pequeño no se conformó con tener el deseo de obsequiarle algo especial a la profesora sino que, se esforzó todo cuanto pudo y lo hizo.
Fue así como, el alumno quien se trasladaba en su bicicleta todos los días hacia la institución educativa ya mencionada, ese día especial en el que le llevó el peculiar regalo a su maestra, pidió a uno de sus vecinos que lo llevara por favor, para poder cargar consigo la gran caja donde llevaría su humilde obsequio.
Luego, al estar en la clase de su querida profesora, se le acercó para comentarle que tenía el detalle cerca pero que debía ir a buscarlo, porque lo había dejado en la entrada de la escuela, debido a que, temía que sus otros profesores tal vez no permitirían su entrada a clases con el regalo.
La profesora describe toda la maravillosa experiencia, relatando que el niño entró con una caja bien preparada, ésta tenía un cordón que la sujetaba para darle mayor firmeza y tenía orificios en uno de sus lados. Dentro de la misma, estaba su regalo, nada más y nada menos que un gallo. El pequeñín le expresó que no tenía dinero para comprarle nada pero que le había traído el gallo más bonito que tenía.
Para cerrar su relato, el cual vale destacar que, ya ha sido compartido por otras más de 69 mil veces, obtenido 24 mil comentarios y 209 mil reacciones. La profesora concluye diciendo que abrazó a su alumno y le dio las gracias.
Ella aclaró que, aun cuando reconocía el gran esfuerzo del niño para trasladar el regalo, pues tuvo que regresarse a pie a casa por no haber llevado su bicicleta aquel día, preparado muy bien la caja para meter el gallo y tomarse el tiempo de esconderlo para poder entrar a las otras clases, lo que más agradecía era que le recordara el gran amor que siente por su profesión.
