Cafeteros advierten que por el grano tipo robusto recibirían 6 pesos por kilo, es decir, 30 mil por la cosecha de todo un año; mientras que por la clase arábiga el pago sería incluso inferior y lo ubican en 5 pesos.
La inversión extranjera más grande en lo que va del sexenio enfrenta resistencias. Una decena de organizaciones de productores cafeteros de Veracruz se opone a la construcción de una planta procesadora de Nestlé en el estado —valuada en 154 millones de dólares—, al acusar a la multinacional suiza de pagar bajos precios por el aromático, además de generar daño medioambiental a través de la concentración de cultivos.
En municipios cafeteros como Huatusco, Tezonapa, Zongolica y Coatepec la resistencia es palpable.
En este último, más de 4 mil caficultores organizados fueron los primeros en manifestar en diciembre pasado su rechazo a la transnacional, solo días después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador anunciara la inversión en un encuentro con directivos de Nestlé en Palacio Nacional.
Los productores de Coatepec sostienen que la dependencia de Nestlé por el café robusto condenaría a la muerte la producción del café arábigo, que domina en la región y que les obligaría también a deforestar miles de hectáreas para acondicionar el terreno a los nuevos cultivos.
“Si hay crisis de precios de café es porque el mercado mundial se está inundando de este producto. Entonces ahora se nos anuncia que viene esta empresa solubilizadora a sembrar 150 mil hectáreas más.
Esto prácticamente sería el exterminio de los cafés arábigos, porque a nosotros se nos estaría pagando ya en años futuros a 4.50, 5 pesos el kilo”, teme Cirilo Elotlán, representante del Consejo Regional del Café de Coatepec.
Organizados En Huatusco la historia es similar. Productores locales se han aglomerado en un incipiente movimiento que se resiste a la llegada de Nestlé.
Ese es el caso de Ruperto Régulo Cuacua, quien hace cuatro meses fue homenajeado por Nestlé, al utilizar su fotografía y la de otros 999 productores en medio millón de frascos de Nescafé. Hoy se opone a la inversión de la empresa suiza.
“No nos dieron nada por haber salido ahí”, dice el campesino de 63 años, quien asegura recibir solo mil 500 pesos por cada 250 kilos de la cereza. De éstos, paga 625 pesos al cortador que le ayuda.
De esa cantidad, se obtienen 46 kilos de café verde, de los cuales se obtienen poco más de 18 kilos de café soluble. La matemática no le ayuda.
Al consumidor, un kilogramo del instantáneo de Nescafé cuesta 400 pesos de los que se obtienen 500 tazas de la bebida; así que con solo 4 latas de un kilo, Nestlé salda el pago al productor.
En un buen año, sus dos hectáreas producen 5 toneladas de la cereza de café robusto, el cual entrega a Agroindustrias Unidas de México, una empresa acaparadora que lo despulpa para después revenderlo como café verde a Nescafé.
En promedio, el productor recibe 6 pesos por kilo, así que por toda su cosecha obtiene solo 30 mil pesos, tras dedicarse un año a cultivar el aromático, sin tomar en cuenta el pago que da al cortador.
“Ya no puedo ni trabajar, ya voy para los 64 (años) y ando hasta malo de un brazo. me da la epilepsia y ya nada más me azoto. Ya las matas están altas, la gente no quiere cortar hay que pagarle bien ahorita ando pagando a 2.50 y andamos dos”.
Don Ruperto debe cumplir con el Código de Conducta 4C, que impulsa Nescafé entre quienes le proveen la materia prima. Se trata de “requisitos básicos para la producción, el procesamiento y la comercialización sustentables del café”, aunque exigen a los productores talar sus tierras para sembrar el café robusto, ya que requiere sol; a diferencia de los cafés arábigos que se cultivan a la sombra.
Rechazo Por esa inequidad, los caficultores de diversas regiones de Veracruz se oponen a la construcción de la planta de Nestlé; oposición a la que ya se han sumado más de 20 mil productores de café de todo el país, que hacia finales de febrero constituirán el Movimiento Nacional por la Defensa de la Cafeticultura Mexicana, pues también están alarmados porque esta administración desapareció el Plan Integral de Atención al Café, que en 2018 tuvo un presupuesto de mil 100 millones de pesos.
El pasado jueves 24 de enero, se reunieron con el secretario de Agricultura, Víctor Villalobos, para externar su preocupación. “Para este 2019 ya no aparece el café dentro de este presupuesto; inicialmente aparecían 346 millones de pesos pero de última hora se borró todo”, reprochó Ruperto. Carlos Conde, también productor de Coatepec, afirmó: “Nos cuesta mucho producir. Sacamos un costo de trabajo como de 17 y 18 mil pesos a una hectárea de café y vendemos el café a 6 o 5 pesos. Imagínese, cuánto trabajo se le da al campo y cuánto gastamos”, dijo.