=La Muestra devela la sexualidad en los pueblos prehispánicos.
Alfredo Quiles Cabrera
Como parte de la celebración del centenario de la fundación del Museo Regional de Guadalajara, se presenta la exposición “Semillas de vida. La sexualidad en Occidente”, que da cuenta de la concepción del cuerpo entre los pueblos prehispánicos que habitaron la región conformada por Nayarit, Colima, Jalisco y Michoacán.
Organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) la exhibición revela que para los antiguos mesoamericanos el cuerpo, en varios sentidos, constituía una referencia del universo, de manera que muchas de las concepciones fundamentales sobre la existencia de la humanidad se vinculaban con su cosmogonía.
En su primera presentación en este mismo museo, la muestra reunió 35 piezas arqueológicas y se tituló “Universo, cuerpo y sexualidad en el Occidente prehispánico”, la cual se transformó y enriqueció con colecciones procedentes de los acervos de los Centros INAH de Jalisco y Colima.
Asimismo de los museos regionales de Colima, Michoacán y Guadalajara, así como algunas piezas en préstamo del Museo Soumaya y dos más del Museo Arqueológico “El Cuale”, ubicado en Puerto Vallarta, se detalló en un comunicado.
El deleite sexual y el gozo de la procreación se consideraban dones otorgados a los hombres desde el ámbito divino; como consecuencia de la observación del Universo, lo femenino se asociaba con la germinación, el agua, el frío, la oscuridad, la debilidad y la muerte, en tanto que lo masculino se vinculaba con la maduración, el fuego, el calor, el cielo, la fuerza y la vida, señaló el curador.
Entre los materiales en los que están hechos los objetos arqueológicos se encuentran el basalto, obsidiana, piedra verde, concha y cerámica, que eran de uso cotidiano para los antiguos habitantes del occidente.
En el caso de la gura alegórica de la mujer, ésta solía manifestarse de diversas maneras: embarazada, como madre y al momento de alimentar a los infantes, en parangón con la naturaleza que provee protección y alimento a las sociedades agrícolas.
En las representaciones masculinas el sexo está expuesto y en ocasiones erecto, en alusión a que el lado varonil del universo vierte o derrama así su energía, simbolizada en lluvia y rayos solares.
Las piezas que actualmente conforman la muestra tuvieron su primera sede en 2014 en el Museo del Templo Mayor, en la Ciudad de México, desde donde inició su itinerancia dentro de la Red de Museos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Después de cuatro años de viajar por la República y con exhibiciones en los museos regionales de la Laguna, de Chiapas y de Querétaro, de las Culturas de Oaxaca, Maya de Cancún y de los Altos de Chipas, la muestra regresa al occidente mexicano para cerrar su ciclo de presentaciones en el Museo Regional de Guadalajara, donde permanecerá hasta marzo próximo.