*El crítico de arte Miguel González Virgen dictó conferencia en el Salón del Vitral de la Pinacoteca Universitaria.
Europa y Estados Unidos están dando un cambio de paradigma en la tradición de las escuelas de arte, al convertirlas en universidades que ofrecen programas de posgrado donde los artistas pueden realizar investigación en dos vertientes: la documental o clásica y acerca de los problemas culturales y sociales, utilizando para esto último las mismas herramientas que emplea el arte. Sin embargo, gran parte de la comunidad artística aún se cuestiona si desde el arte se puede hacer investigación como se hace en la ciencia.
Durante su conferencia “Investigación artística y las nuevas universidades de arte”, Miguel González Virgen explicó cómo las escuelas de arte poco a poco se han convertido en universidades especializadas, y abordó los cambios administrativos que han realizado en sus programas de estudios para otorgar posgrados.
González Virgen comentó que este cambio se debe a tres factores: “El ensayo de Christopher Frayling, en el cual expone que los artistas hacen investigaciones al trabajar en obras como La Anatomía, de Leonardo Da Vinci, pues plasma a la perfección la estructura del cuerpo humano; el Proceso de Bolonia, que dice que las universidades deben realizar investigación; y finalmente la aparición del conceptualismo”, enunció.
Éstas son las causas, dijo, de que la investigación de las artes se presente en dos formas: 1) la estética, sobre el arte histórico y documental de los fenómenos artísticos, y 2) los “journals” académicos y la investigación artística sobre problemas culturales o sociales a los que el arte puede dar soluciones o propuestas únicas.
Como ejemplo habló de las pinturas de John Constable, quien estudió las nubes y su comportamiento para plasmarlas en sus cuadros. Otro más reciente es el trabajo de Tomás Saraceno, quien trabaja de cerca con científicos de distintas áreas, y una de sus muestras más llamativas es “Cómo atrapar el universo en una telaraña”.
En el caso de Saraceno, participaron entomólogos para construir la telaraña más grande en una de las salas del Museo de Arte Moderno, y mientras el artista buscaba cómo plasmar el arte, los científicos analizaban el comportamiento de las arañas.
“La investigación artística es un campo interesante, está floreciendo a nivel del artista contemporáneo que está involucrado en problemas sociales; de igual modo, trabaja muy de cerca con curadores y algunos con científicos”, dijo el crítico de arte.
Sin embargo, finalizó, “hay una parte de la comunidad artística que aún se pregunta cómo hacer el tipo de investigación que se hace desde la ciencia, donde hay un objetivo y un proceso ineludible de comprobación. Sin duda, en el arte no hay una respuesta única, sino que a un mismo resultado podrían dársele distintas interpretaciones”, finalizó.
La conferencia fue organizada por la Coordinación General de Extensión y la Dirección General de Patrimonio de la Universidad de Colima, en la Sala del Vitral de la Pinacoteca, y coordinada por Tita Ochoa.