*“Necesitamos una sociedad con pensamiento crítico, que se cuestione; a eso nos ayuda la ciencia”, aseguró el investigador.
Para el investigador del Instituto de Ciencias Químicas de la UNAM, Jesús Valdés Martínez, cada vez existen más espacios para la difusión científica, como medios escritos, radiofónicos, televisivos y redes sociales, así como divulgadores mejor formados, ya sean investigadores que se dediquen a la divulgación o escritores, periodistas y comunicólogos que se han involucrado en el área de las ciencias.
En entrevista Valdés Martínez consideró de gran importancia la apertura de espacios donde se le invite al escucha o lector a dudar, a cuestionar: “A esto nos ayuda la ciencia, porque parte de ella es dudar, preguntarnos si lo que dice el otro es cierto y con base en qué argumentos, pruebas y evidencias; cuáles de ellas son válidas o no, o si son suficientes, porque la ciencia no se trata de creer o no, sino demostrar que lo que digo se puede comprobar”.
Generar en México una cultura científica, para el investigador de la UNAM, “no sólo se trata de poner la ciencia al alcance de todos, sino de que, mediante su conocimiento, la gente pueda tomar decisiones: “Necesitamos una sociedad con pensamiento crítico, que se cuestione. Tengo que desarrollar un pensamiento crítico que debo aplicarlo en la vida cotidiana”.
Para que esto suceda, añadió, se requiere de divulgadores que sepan comunicar las ideas: “La divulgación no se trata de formalismos o lenguajes estrictamente correctos, porque incluso en una clase ya hay una traducción, sobre todo en los primeros semestres”, comentó.
Para el exdirector de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia (DGDC) de la UNAM, hay tres errores que los comunicadores de la ciencia comenten: 1) creer que la divulgación es una visita a la feria, 2) asumir que la gente sabe de lo que se escribe o se habla, y 3) creer que quien recibe la información es tonto”.
“Un ‘pecado’ en el que caemos muchos químicos o algunos museos, es pensar que mientras más se diviertan, más aprenden; yo hacía pláticas con experimentos y explosiones; claro que los niños están interesadísimos, pero sólo me preguntaban con qué lo había hecho para ellos replicarlo en casa. Entonces, si visitar un museo o escuchar una conferencia es como ir a la feria, y no hay diferencia, sólo emociones, esa divulgación es mala”.
Si se quiere tener pensamiento crítico, dijo el académico para finalizar; “tanto los divulgadores que vienen del área de la Comunicación como de la ciencia, tenemos que dar evidencias de lo que decimos, que se entienda, y sobre todo que el otro se lleve algo, una duda por la cual después pregunte, investigue, analice”.
Jesús Valadés fue uno de los conferencistas del IV Simposio Mexicano de Química Supramolecular que organizó la Facultad de Química de la Universidad de Colima hace varios días.