*“Se trata de una vista diferente a lo que conocemos todos, porque sentía que había aspectos que no se habían investigado o explorado y éste es el resultado”, dijo el artista.
Son 36 fotografías en gran formato, impresas en blanco y negro la mayor parte de ellas, en las que Alberto Guedea muestra la inmensidad, la soledad poderosa de los paisajes que uno puede encontrar en los alrededores y en el cráter del Volcán del Fuego.
Dijo, al inaugurar su exposición el viernes por la noche en el museo “Fernando del Paso” de la Universidad de Colima”, que éste es un trabajo que le llevó tiempo preparar, que le interesaba ir más allá de la visión casi turística que todo mundo tiene del volcán.
Más que retratarlo de lejos, con nubes, con sol, con relámpagos o con nieve, lo que hizo fue explorar sus caminos de arena y rocas, recorrerlos de arriba abajo como quien explora un planeta desconocido, como quien mira algo por primera vez, y fotografiarlo no desde el aire o desde la comodidad de una terraza, sino desde la propia piel del coloso.
Una vez terminado el proyecto, lo abrió al público con el nombre de “Cráter”, en un evento al que acudieron sus amigos, su familia y un gran número de artistas locales. Lleno total pese al calor que lo sofoca todo, que detiene el aire en las calles y plazas del centro de la ciudad.
Inauguraron la exposición Carlos Ramírez, secretario de Cultura; Fernando Macedo, director general de Patrimonio Cultural de la UdeC; la directora del museo, Ada Karmina Benavides y el propio autor, Alberto Guedea Zamora.
Carlos Ramírez felicitó a Guedea por su trabajo, porque llevó a un nivel mayor el trabajo que realiza normalmente un becario del Programa de Estímulos a la Creación del Desarrollo Artístico (Pecda) que patrocina esa secretaría.
Fernando Macedo, en su turno, destacó el manejo que tiene Alberto Guedea de los lenguajes artísticos contemporáneos: la fotografía, la instalación, el dibujo, la música y la intervención de espacios públicos.
Agregó que “Cráter es una reinterpretación del paisaje volcánico; son visiones poco ortodoxas de nuestro volcán, imágenes probablemente lunares, atemporales, hiperreales y futurísticas, ironizadas con guiños al cine mexicano surrealista”.
Alberto Guedea Zamora, emocionado, habló de los años que le llevó planear esta exposición. “Se trata de una vista diferente a lo que conocemos todos, porque sentía que había aspectos que no se habían investigado o explorado, y éste es el resultado”.
Por último, agradeció a la Secretaría de Cultura, a la Universidad de Colima en especial al museo “Fernando del Paso”, y a todos quienes le ayudaron a montar este trabajo.