De acuerdo con Georgina Cárdenas Acosta, académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la discriminación hacia las mujeres se da a partir del género, es decir, por el hecho de ser mujer y no por el cargo que ejerce o el desempeño de su trabajo.
Durante charla “Discriminación, factor clave para entender la violencia política contra las mujeres”, que dictó durante el Ciclo “Abatir la discriminación entre mujeres y hombres” que se realiza en el Foro Pablo Silva García, la académica ofreció una serie de ejemplos en los que las mujeres han sido discriminadas y marginadas.
Cárdenas Acosta compartió que la violencia de género se visibiliza cuando critican a las mujeres por su forma de vestir y su sexualidad. “Cuando se atenta contra su dignidad y se afecta a ellas y sus familiares en el ámbito público y en el privado, hay violencia sexista, sexual, para desalentarla y que no participe en algún cargo público”.
Por ejemplo, comentó el caso de una parlamentaria del Reino Unido que recibió 600 tuits que amenazaban con violarla. En Kenia, continuó, “una activista fue golpeada para que no se lanzara a la vida política, mientras que en México, durante la campaña de la ahora gobernadora Claudia Pavlovich, se exhibieron mantas que hacían referencia a que las mujeres deberían estar cargadas en casa, como una pistola”.
Además, prosiguió, “vemos que en este país no hay reconocimiento a la diversidad ni a las culturas étnicas. Tenemos los casos de Marichuy, quien buscaba aparecer en la boleta electoral como independiente, y el de la candidata a la gubernatura del Estado de México, Delfina”.
Comentó que el problema de esta situación radica en que a las mujeres se les sigue cuestionando por razones privadas, que no tendrían por qué salir al ámbito público.
En este sentido, Georgina Cárdenas enfatizó que es importante señalar que no todos los casos de violencia política son de género; por ejemplo, “la expresidenta de Corea del Sur está siendo juzgada por abuso de poder y sobornos de empresas. Esto sucede porque cualquiera que ocupe un cargo público está a la vista del escrutinio de la sociedad y tiene que rendir cuentas. Si alguien comete alguna irregularidad, está sujeto como persona a lo que la ley marque”.
La académica reconoció que “si bien la violencia es un problema estructural que se encuentra en la cultura y que es difícil de erradicar, se tiene que visibilizar para ponerle un alto, pues no habrá cambios si no se denuncia, por más que la Constitución prevea espacios para las mujeres”.
Finalmente, destacó el caso de las mujeres políticas de Bolivia, quienes fueron las primeras en nombrar el acoso y la violencia política entre las mujeres.
Este ciclo de conferencias del Seminario de Estudios de Género, que inició el lunes, está a cargo del Instituto Colimense de las Mujeres (ICM), presidido por Mariana Martínez; el Centro Universitario de Estudios de Género (CUEG), a cargo de Azucena Evangelista, y por la Asociación Colimense de Universitarias (ACU), encabezada por Gloria Guillermina Araiza.