-La actividad del coloso se ha reducido drásticamente en los últimos meses
Mariana Ochoa Anguiano
El pasado 23 de enero, personal de la jefatura de investigación científica y del área operativa de la Unidad Estatal de Protección Civil y Bomberos de Jalisco realizó un sobrevuelo de observación en el Volcán de Colima.
Durante el sobrevuelo se observó el cráter que ocupa la cima, y que fue resultado de la destrucción del último domo que se desarrolló en el mes de diciembre de 2016, tras una serie de continuas explosiones durante enero de 2017.
Los especialistas detallaron que el resultado geomorfológico de esta actividad fue la formación de una amplia terraza de ceniza en el flanco poniente, y un cráter profundo.
En comparación con el sobrevuelo anterior, realizado el 28 de Enero de 2017, se observó́ que la terraza poniente ha disminuido su superficie en 4,000 m2, teniendo un área actual de 1.75 hectáreas.
Esta reducción se ha generado por el derrumbe del escarpe formado por las fracturas radiales reportadas en los informes previos.
De igual forma, se encontró la presencia de precipitados de azufre en sitios donde presentaba una fuerte actividad fumarólica durante el periodo del 2015 al 2017.
La existencia de estos depósitos de azufre indica que en este momento el volcán está “frío”, derivado de su escasa actividad desde febrero del 2017, la cual se ha reducido a sólo la emisión de fumarolas formadas por vapor de agua, dióxido de azufre y dióxido de carbono.
Explicaron que la actividad presentada por el coloso de fuego en los últimos 8 meses se ha reducido drásticamente con respecto a los años 2015, 2016 y 2017.
Las observaciones realizadas en este sobrevuelo muestran un lento proceso de deformación en el piso del cráter, probablemente como consecuencia del ascenso de nuevo material magmático.
Se mantiene el monitoreo constante de los parámetros sísmicos y visuales, por lo que es probable que se realice un nuevo sobrevuelo en las próximas semanas para verificar las condiciones morfológicas del interior del cráter, y monitorear visualmente la deformación identificada en su interior.
Es importante mencionar que, aunque por el momento no existen explosiones y exhalaciones, estas se pueden presentar de manera repentina y sin aviso, lo que representa un peligro para la zona alta del volcán, por lo que en Jalisco se matiene el perímetro de exclusión de 8 km alrededor del coloso de fuego.
Así mismo, se exhorta a la población a no acampar en las barrancas que drenan el coloso de fuego, y evitar realizar actividades cercanas a las faldas del volcán.
La Unidad Estatal de Protección Civil y Bomberos mantienen vigilancia y monitoreo permanente las 24 horas desde el Observatorio Vulcanológico localizado en el Parque Nacional Nevado de Colima.