Ante la incertidumbre de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el Partido del Trabajo demanda al gobierno federal presente a la ciudadanía un proyecto alterno de comercio exterior que permita minimizar el impacto de la posible disolución del acuerdo y fortalecer la economía nacional.
“No bastan las declaraciones de altos funcionarios de México sobre su desacuerdo ante la obcecación de Estados Unidos, es momento de que nuestro país plantee un plan B y anteponga el bienestar de la población, para ello se requiere un proyecto que contemple diálogo, negociaciones e intercambio con otras naciones, sin embargo, hasta el momento no hay señal de que el gobierno federal esté caminando en ese sentido”, señaló Alberto Anaya Gutiérrez, integrante de la Comisión Coordinadora Nacional del Partido del Trabajo.
En el marco del inicio de la sexta ronda de negociaciones, calificada como “crítica” tanto para México como para Canadá y Estados Unidos, resulta que este último busca establecer ventajas competitivas sobre sus socios que tienen que ver con las reglas de origen, estableciendo, por ejemplo, que 50% de las autopartes sean fabricadas en su territorio.
Asimismo, el país vecino del norte insiste en eliminar el apartado relativo a la solución de controversias, imponiéndose una vez más por encima de sus socios ante posibles conflictos, ya que tanto México como Canadá no tendrían derecho a interponer ningún recurso ante una situación que los vulnere. Aunado a ello, Estados Unidos les restringe el acceso a su mercado de servicios públicos.
Lo anterior, entre otros puntos de la tensa modernización del TLCAN, se suma a la inestabilidad del mandatario norteamericano, Donald Trump, quien con sus declaraciones desafortunadas y decisiones erráticas, sólo genera encono, estancamiento y en el peor de los casos, ruptura de relaciones comerciales y hasta diplomáticas, muestra de ello es su empeño por construir un muro en la frontera con México pagado por nosotros a cambio de concesiones como los ‘dreamers’ y aceptar el TLC en los términos que él plantea.
“No podemos seguir permitiendo los atropellos del gobierno de Estados Unidos contra nuestro país, es un despropósito que imponga condiciones en una relación entre naciones cuyo fin es conseguir beneficios de manera equitativa para sus habitantes, sin embargo, lamentablemente, hemos visto que las autoridades mexicanas lo permiten y no buscan salidas a la crisis que eventualmente pudiera provocar una abrupta ruptura del Tratado de Libre Comercio, en cuyo contexto los más afectados finalmente son los ciudadanos”, sentenció Anaya Gutiérrez.