Por Teodoro Rentería Arróyave
Para jueves 11 de enero de 2018
El gobernador de Chihuahua, Javier Corral Jurado, quien despertara buenas expectativas desde su triunfo en las urnas, ha caído en una serie irrefrenable de confusiones respecto del asesinato de la colega Miroslava Breach Velducea, mismas que encuadran en la perversidad, según los familiares de la víctima y del diario La jornada, del que la malograda comunicadora fue corresponsal por muchos años.
Primeramente, el gobierno de Chihuahua no dictó las medidas cautelares a las que tenía derecho la reportera puesto que eran públicas las amenazas que había recibido. Luego el gobernador Corral Jurado, después de informar que fue encontrado muerto el presunto asesino material y detenido el sujeto que presuntamente contrató y dirigió el crimen, presumió: el asesinato de Mirosalva “está resuelto por la Fiscalía General del estado. ¡Es el primer caso que se resuelve con éxito en muchos años!”.
En su momento, al igual que otras voces y organizaciones, el gremio periodístico organizado de México, declaró que el caso no podía quedar cerrado hasta en tanto no se detuviera a los autores intelectuales, no obstante que se han señalado como involucrados a dos funcionarios pertenecientes al Partido Acción Nacional en el que milita el gobernador, Corral Jurado
Después de los obvios reclamos, ante el grave vacío en las investigaciones que no da cuenta de los autores intelectuales, recula y declara el gobierno de Chihuahua, en un comunicado “que para la administración de Javier Corral Jurado el asesinato de Miroslava Breach Velducea, corresponsal de La Jornada, ocurrido el 23 de marzo pasado, “no es un caso cerrado” y “se seguirá hasta las últimas consecuencias hasta dar con los responsables materiales o intelectuales”. El escrito debió de haber dicho: materiales e intelectuales.
La Jornada publica que Rosy Breach Velducea, hermana de Miroslava, por su parte, acusó que el gobierno del estado, encabezado por el panista Javier Corral Jurado, “se sirve” de la muerte de su familiar para hacer proselitismo político, aun cuando su obligación es hacer cumplir la ley”.
Finalmente, reproducimos los dos últimos contenidos de Rayuela, la cápsula-editorial del rotativo: “Con esperpéntica puesta en escena, Corral acusó sin pruebas y, antes de su tocata y fuga, decretó cerrado el caso Miroslava. Y lo dijo con la mano en la cintura”. “El gobernador Corral está en su derecho de aclarar lo que quiera. Pero lo cierto es que no sabemos quién ordenó matar a Miroslava”.
El reclamó es único: en tanto no se sepa quiénes son los autores intelectuales de los asesinatos de periodistas, ninguno de estos crímenes estará resuelto.