Es innegable que en el tema de la reforma al Sistema de Pensiones del Estado algo salió mal.
Cuando el pasado 9 de noviembre, el gobernador José Ignacio Peralta Sánchez, acompañado de los diez presidentes municipales, firmó la iniciativa de Ley de Pensiones Civiles del Estado, previo a ser enviada al Congreso local, parecía que enviaba un mensaje de fortaleza y unidad política.
Sin embargo, a la postre, hemos visto la cantidad de dolores de cabeza que ha provocado esta propuesta al gobernador José Ignacio Peralta Sánchez y a los diputados locales, que aspirando a reelegirse o buscar nuevos cargos en 2018, están de rodillas ante el botín electoral que representa la clase sindicalizada del estado.
El secretario de Administración y Gestión Pública, Kristian Meiners Tovar, había trabajado durante meses la propuesta, y según me han informado, logró tener el visto bueno de
de la Federación de Sindicatos al Servicio de Gobierno, Ayuntamientos y Organismos Descentralizados; el Sindicato de Trabajadores al Servicio de Gobierno del Estado y la Sección 39 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
Sin embargo, superado por su perfil técnico, confío de buena fe en que una reforma de tan gran calado saldría adelante sin problemas. Le faltó oficio político, ‘colmillo’, como diríamos vulgarmente, para saber a los pesos pesados con que se enfrentaría a la hora que la iniciativa viera la luz pública, como ejemplo, la figura de Martín Flores Castañeda.
Meiners Tovar fue traicionado, o engañado por lo menos. Y ahora no le queda otra opción que sentarse –una vez más y desde ceros– a negociar con la clase trabajadora.
Hoy inician estas mesas de análisis que tienen como objetivo identificar las partes de la ley en la que los sindicatos no coincidan con la propuesta del Gobierno del Estado, conocer las contrapuestas de los dirigentes sindicales y analizar si son viables técnicamente.
Me queda claro que la reforma es urgente, y que es un gran acierto que el gobernador haya decidido ‘toparle’ a este tema. Es hora de romper las inercias y asegurar la viabilidad financiera para las futuras generaciones de burócratas.
Ya lo dijo el actuario Francisco Miguel Aguirre: si no se reforma el Sistema de Pensiones del Estado, no habrá dinero que alcance para pagar a los trabajadores en retiro, toda vez que si bien pueden tener derecho a sus jubilaciones, “nadie está obligado a lo imposible, si no hay recurso no se pueden pagar las pensiones”.
Punto y aparte
Es hora de que los priistas colimenses den mensajes de apoyo a su precandidato único a la Presidencia de la República, José Antonio Meade Kuribreña, ¿o es que no están convencidos?
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