En su función preventiva, la Contraloría estatal realiza permanente labor para informar a los entes responsables de instancias del gobierno colimense, la responsabilidad administrativa que tienen y cuáles son las causas de sanción por incurrir en faltas graves o leves, dejando claro que ninguna se quedará estancada o sin que pase nada.
Así lo señaló la Contralora Estatal Agueda Solano Pérez, destacando que están por concluir el proceso de resolución para 30 expedientes observados, en espera de inmediatamente ser librados y estar en posibilidad de aplicar la sanción correspondiente, una vez que agotaron las instancias para el desahogo de los mismos.
A veces esto es muy frecuente, tener manejos de recursos asignados no apropiados, porque o llega la asignación tarde y no se aplica cuando acuden los verificadores de obras, o las necesidades obligan al ente a desviar “momentáneamente un recurso” siendo incorrecto, por lo cual se busca ir disipando o quitando esas incidencias.
Habló la funcionaria del “libro blanco”, que esta administración lo ha tomado en serio y no es otra cosa que documentar todo lo que se recibe de recursos, la forma como se van a distribuir, quienes van a ser los ejecutores todo el proceso de contratación, para saber con precisión que se hará para ejercer ese recurso.
Por ahora, los libros blancos de las entidades del gobierno estatal van al día, los titulares se han preocupado por tenerlos así, además cada tres meses la Contraloría hace revisiones, lo cual da pauta para detectar alguna irregularidad en la integración de documentos, logrando así direccionar alguna revisión.
Algunas de estas revisiones se llevan a cabo en coordinación de la Secretaría de la Función Pública y la Contraloría, estando cerrando el año con el programa de trabajo fijado, siendo ahora el proceso de entregar reportes e informes esperando que los entes con observaciones los solventen en próximos días.
Los responsables de las instancias revisadas y con algún tipo de observación, saben es muy importante solventar oportunamente, porque el hecho de no hacerlo, abre a Contraloría el seguir otro procedimiento, porque no se quedan ahí los papeles quietos y decir no pasó nada, sino que hay un procedimiento administrativo de responsabilidad.
No obstante, las revisiones y observaciones, posiblemente haya alguna sorpresa en el resultado final, una vez que el trabajo se divide una parte que revisa Osafig y otra la lo hace la Contraloría, para ni empalmarnos y menos estorbarnos, siempre esperando todo fluya de una manera más transparente y con Osafig sigan los procedimientos que ellos aplican.